miércoles, 23 de julio de 2014

Muestra "La hora americana"

1 comentario:

  1. "...el historiador de la literatura de América, deberá buscar en el pueblo mismo, en la grandes corrientes del sentimiento colectivo la norma cronológica y la razón espiritual de los procesos estéticos parangonando la Historia externa con la Historia literaria."
    Ricardo Rojas, "Eurindia"
    El nacionalismo, entendido como doctrina coherente que interpreta el país y su historia comienza en la Argentina con dos libros: "La restauración nacionalista", de Ricardo Rojas y "El diario de Gabriel Qui-roga" de Manuel Gálvez. Tanto Gálvez como Rojas pertenecían a viejas familias provincianas que habían tenido fundamental ingerencia en el gobierno de sus
    respectivos estados (Santiago del Estero, en el caso de Rojas, y Santa Fe, en lo que hace a Gálvez). Los dos convergen en Buenos Aires y sufren el impacto de la gran ciudad cosmopolita ("Cos-mópolis", la llamará Rojas en un libro homónimo); los dos se hacen escuchar desde la revista Ideas, fundada por Gálvez que expresa, precisamente, los primeros diagnósticos sobre la realidad argentina, y los incipientes ideales de la que iba a ser llamada "generación del Centenario".
    Antes que "La restauración nacionalista" publicó Rojas" El país de la selva" (1907). Situada en un registro intermedio entre la ficción y el ensayo, la obra alcanzó un gran éxito de público y sorprendió por su originalidad, por cuanto incluyó también un repertorio de leyendas y figuras míticas del folklore santiagueño, fruto en su mayoría del sincretismo criollo-aborigen, recreadas por el autor. Mientras las selvas están siendo sometidas a talas indiscriminadas, Rojas recuerda en estas páginas la primera conquista encabezada por su homónimo, don Diego de Rojas.
    Como bien señalan algunos autores no puede decirse que Rojas haya sido ni deseado ser, un escritor "regiona-lista", pero elige comenzar desde su "patria chica" una labor que insumirá toda su vida: recuperar un acervo tradicional que juzgaba absolutamente necesario para re-trazar la figura espiritual de una nación que, desde su punto de vista, amenazaba con desdibujarse.
    Ya en este libro aparecen ideas largamente propagadas en su obra posterior: la compenetración del ser humano y el medio natural y la revaloración del mestizaje hispano-indígena como tronco matriz de Iberoamérica. Y desde luego, la función reparadora del poeta: si la selva ha sido condenada por la civilización a desaparecer, al menos la poesía puede rescatar la riqueza cultural que la selva engendrara, ésta es la misión que Rojas asumió para inmortalizar un habitat geográfi-co-simbólico que todavía nadie había contado, integrándolo a la "geografía espiritual" de la Argentina.
    Los próximos libros de Rojas anticiparán otras inquietudes: "El alma española" (1907) da cuenta de su fascinación por España y de sus lecturas españolas. El espectro de autores de los que se ocupa es extenso, desde el punto de vista ideológico y estético. Sus adhesiones más personales están por aquellos que se han comprometido en una empresa de "regeneración" nacional: el atraso, la superstición, el patrioterismo, el autoritarismo, el catolicismo sombrío que impide el goce de la naturaleza y de la vida, el poder clerical, "son todas remoras de las
    que España debiera desprenderse para recuperar su grandeza creadora". Y los artistas que se están ocupando de ello son preferentemente, no los castellanos, sino los que provienen de las provincias, de las regiones donde se hablan también otras lenguas: vascos, gallegos, catalanes; del mismo modo espera Rojas que la renovación llegue desde las provincias argentinas.
    (...)
    www.fundacioncultural.org

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