viernes, 10 de abril de 2015

Azulejos do convento de São Francisco BA.

2 comentarios:

  1. La característica más importante de la iglesia es su decoración interior exuberante, en su mayoría ejecutados en la primera mitad del siglo 18. Todas las superficies interiores - muros, pilares, bóvedas y techos - están cubiertas con madera esculpida dorada de oro y pinturas. Los retablos muestran la típica columnas salomónicas y arcos concéntricos adornados con oro follaje , ángeles y aves, mientras que las bóvedas de las naves laterales están cubiertas por paneles de madera con pinturas. Blanco-azul de azulejos ( azulejos ) paneles, por Bartolomeu Antunes de Jesus e importados de Lisboa , cubren las partes más bajas de las paredes de la capilla mayor y el crucero y representan escenas de la vida de San Francisco de Asís . La decoración de la iglesia es considerada una de las más completas e imponiendo en portugués brasileño barroco arte artesanía en madera dorada ( dourada talha ), siendo un ejemplo perfecto de la "iglesia de oro" ( dourada Igreja ).

    El convento de San Francisco es también un importante depósito de barroco arte. El techo de madera del hall de entrada ( Portaria ) fue pintado con escenas en perspectiva ilusionista por José Joaquim da Rocha en 1774. Las dos plantas claustros , terminado hacia 1752, estaban decoradas con paneles monumentales de azulejo blanco-azul (azulejo) paneles. Los azulejos, con alegorías morales basados ​​en siglo- 17a flamencos grabados y dichos por el poeta romano Horacio , fueron fabricados en Lisboa.

    Referencias [ editar ]
    da Silva Telles, Augusto Carlos: Atlas dos monuments Históricos Artísticos e do Brasil . MEC / SEAC / FENAME. 1980.
    Inventario del Patrimonio Histórico de Bahía
    Enlaces externos [ editar ]
    en.wikipedia.org

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  2. El azulejo ha sido aplicado, a lo largo de los siglos, en una amplia área geográfica. En Portugal se ha usado sin interrupción desde finales del siglo XV pero, de una forma muy específica, en la Arquitectura y en las diferentes manifestaciones artísticas. La multiplicidad de técnicas y el elevado número de azulejos que todavía permanecen aplicados in situ, un poco por todo el país, son indicadores claros de la importancia de este patrimonio en Portugal. Y Lisboa no es una excepción, puesto que son muchos los lugares con revestimientos de azulejos que pueden ser visitados, y que reflejan tanto la Historia de la producción del azulejo en Portugal como también la de la aplicación de ejemplares importados.

    Patrimonio cerámico común a varias culturas, el azulejo sirve de testimonio de influencias recíprocas. Realmente, las representaciones de los azulejos portugueses, en sus tres vertientes que coexisten o se alternan a lo largo de los años (figurativa, ornamental y padrón), manifiestan la influencia de los estilos europeos y de otras culturas como la árabe, visible en las primeras aplicaciones que se remontan a los siglos XV y XVI. Estos azulejos nos llegaron por la vía castellana, siendo importados desde los principales centros productores de la Península Ibérica: Sevilla, Valencia, Málaga y Toledo. Eran los llamados patrones hispano-moriscos, con motivos geométricos y de lacerías, y más tarde también con motivos vegetales.

    La influencia europea y, en particular, la italiana y la del norte de Europa, se manifiesta en el siglo XVI, con la importación de azulejos ya con técnica mayólica, que sustituía así a las anteriores de cuerda seca y arista, permitiendo una pintura figurativa de gran calidad. Uno de los primeros ejemplares producidos en Lisboa se encuentra en la Igreja de São Roque (Iglesia de San Roque), en Lisboa, firmado por el pintor Francisco de Matos y fechado en 1584.

    En el siglo XVII la azulejería de patrón fue la corriente predominante. Los interiores de las iglesias se cubrieron, en muchos casos íntegramente, con azulejos de padrones, cuyos dibujos, que podían ser repetidos hasta el infinito, presentaban esquemas de distintas dimensiones que se iban complicando hasta el mayor patrón conocido, ¡qué necesita 144 azulejos para formar el módulo base de repetición!1

    En el último cuarto de ese mismo siglo, la figuración ya había regresado pero abandonando, progresivamente, la policromía y restringiéndose cada vez más al azul y blanco; y así se mantuvo hata mediados del siglo XVIII. Este cambio se debió, sin duda, a la influencia de la porcelana china, considerada un producto de gran calidad, y de la pintura holandesa que, a su vez, se vio influida por Portugal por los encargos de paneles figurativos de gran escala. El Convento dos Cardais o la Igreja da Madre de Deus son ejemplos importantes de obras de talleres holandeses aplicadas en Lisboa. Asimismo, el grabado, que circulaba por toda Europa dando paso a nuevas corrientes artísticas y en la que los pintores se inspiraron para crear sus propias composiciones, también podría haber tenido alguna influencia en este proceso de reducción cromática.

    La calidad de la pintura, practicada por los maestros que eran también pintores de caballete y de techos, unido a la narrativa de los largos ciclos iconográfricos y de la articulación con la Arquitectura, ahora aún más refinada en la técnica de trompe l’oeil visibles en los encuadres, fueron factores que contribuyeron a la hora de destacar este período barroco, como uno de los más importantes de la historia de la azulejería portuguesa.

    Durante mucho tiempo, el azulejo fue utilizado en el interior de los edificios y sólo puntualmente en el exterior. A mediados del siglo XIX “invadió” las ciudades, siendo aplicado en las fachadas de los edificios, en consonacia con el uso de otros elementos de cerámica como macetas, estatuas, etcétera. Las fachadas urbanas se transformaron, entonces, en largas paredes cerámicas..(...)
    www.sietelisboas.com

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