miércoles, 7 de septiembre de 2011

LYGIA CLARK




Lygia Clark

Máscaras sensoriais (1967) - Fotos expuestas en la documenta X - Foto: Gerhard Haupt
Nacida en 1920 en Belo Horizonte, Minas Gerais, Brasil. Fallecida en 1988 en Rio de Janeiro
A los 27 años realizó estudios con el arquitecto paisajista Roberto Burle Marx en Rio de Janeiro; 1950-52 con Arpad Szènes y Fernand Léger en París. 1952 Exposición de una obra abstracta en el Ministério da Educaçao e Cultura en Rio de Janeiro; 1953 Participación en al Bienal de São Paulo. 1964 miembro del »Grupo Frente&laqno;, del que surgió el movimiento concreto en Rio de Janeiro. 1954-58 Serie de pinturas que destacan preocupaciones constructivistas. 1955 y 1957 participación en la Bienal de São Paulo y en 1957 en la I Exposiçao Nacional de Arte Concreto en Rio de Janeiro; 1959 firmante del manifiesto neo-concreto. Después de 1959 realización de objetos, que cuentan con la activa participación del espectador, en especial después de 1965 con happenings y performances. 1970-75 actividad docente en la Sorbonne en Paris.
La actitud básica de la obra de Clark es antimecanística y biológica. En los años 70 se interesa cada vez más en las posibilidades terapéuticas del arte. Sus trabajos interactivos posteriores, si bien contienen elementos del happening o performance, son más bien intentos de moverse a lo largo de una fina linia divisoria entre al arte fijado espacial y temporalmente y la actividad psicoterapéutica. A partir de 1978 se dedicó exclusivamente a la práctica psicoanalítica.
Retrospectivas: 1986 Paço Imperial do Rio de Janeiro con Hélio Oiticica; 1987 Museu de Arte Contemporânea da Universidade de São Paulo.
Exposiciones: 1959,1961,1963 y 1967 Bienal de São Paulo; 1960, 1962 y 1968 Biennale di Vanenzia; 1960 »Arte concreto&laqno; en Zürich; 1964 Signals Gallery, London
Universes in Universe - Compilada por Tadeu Chiarelli, aparecida en el catálogo »Lateinamerikanische Kunst im 20. Jahrhundert&laqno;, Josef-Haubrich-Kunsthalle, Colonia, Febrero/Abril, 1993


En la combinacion peculiar entre su actividad artística y terapeutica jugó Lygia Clark un papel muy influyente en el arte brasileño. Comenzó su carrera artística a finales de los años 50 pudiendo desarrollar su obra en una época de intensa creatividad espiritual, en la que los artistas procuraban integrar su trabajo en el proceso de cambiar la sociedad. (...)
En un principio se dedica a la abstracción geométrica, pero comprende muy pronto que realidad se halla a la búsqueda de una forma de expresión orgánica básica, liberada de las limitaciones de la pintura de caballete. Se convierte a la par de su amigo Hélio Oiticica, en un miembro importante del movimiento neo-concreto y se dedica a comienzos de los años 60 a la producción de objetos efímeros manipulables. Sus Objeto Sensoriais son para ella »organismos vivientes&laqno;, que adquieren forma y sentido, cuando el cuerpo del espectador entra en contacto con ellos. (...)
Universes in Universe - (De un texto de Paul Sztulman en la guía breve de la dX)
Foto expuesta en la documenta X - 0 eu e 0 Tu: série roupa-corpo-roupa (1967)


2 comentarios:


  1. (...)El nuevo foco de investigación pasaba a ser entonces la memoria de los traumas y de sus fantasmas, cuya movilización dejaría así de ser un mero efecto colateral de sus propuestas para ocupar el propio centro nervioso de su nuevo dispositivo. Lygia Clark procuraba explotar el poder de aquellos objetos para traer a la luz esta memoria y “tratarla” (una operación a la que denominaba “vomitar la fantasmática”). Por ende, es la propia lógica de su investigación lo que la llevó a inventar su postrera propuesta artística, a la cual se le agregaba una dimensión deliberadamente terapéutica. La artista trabajaba con cada persona individualmente en sesiones que duraban una hora, de una a tres veces por semana, durante meses y en ciertos casos más de un año. Su relación con el receptor, mediada por los objetos, se había vuelto indispensable para la realización de la obra: a partir de sus sensaciones de la presencia viva del otro en su propio “cuerpo vibrátil”[9] en el transcurso de cada sesión, la artista iba definiendo el uso singular de los Objetos Relacionales[10]. Esta misma cualidad de la apertura al otro es lo que ella procuraba provocar en aquéllos que participaban de este trabajo. En ese laboratorio clínico-poético, la obra se realizaba en la toma de consistencia de esta cualidad de relación con la alteridad en la subjetividad de sus receptores.

    La investigación de esta cualidad relacional en sus propuestas artísticas fue posiblemente la manera que Lygia Clark halló para desplazarse de la política de subjetivación signada por el individualismo en ese entonces ya dominante, tal como se presentaba —y se presenta cada vez más— en el terreno del arte: la pareja formada por el artista inofensivo en estado de goce narcisista y su espectador-consumidor en estado de anestesia sensible. En este sentido, la noción de “relacional”, médula de la poética pensante de la obra de Lygia Clark, podría servirnos como lupa suplementaria para distinguir actitudes en la masa de propuestas aparentemente similares que prolifera en los días actuales, sumándose a las distinciones planteadas por Holmes entre la tendencia crítica volcada a la “extradisciplinaridad”, de un lado, y la tendencia acrítica volcada a la “interdisciplinaridad” y a la “indisciplina”, del otro.(...) Suely Rolnik
    eipcp.net

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  2. Lygia Clark se embarcó en su periplo como artista en 1947. Sus trece primeros años se consagraron a la pintura y la escultura. Desde 1963, con Caminando, su investigación experimentó un viraje radicalmente innovador que se mostró irreversible, al volcarse a la creación de propuestas que dependían del proceso que movilizaban en el cuerpo de sus participantes como condición de realización. Pero, ¿en qué consistían precisamente tales propuestas?

    Las prácticas experimentales de Lygia Clark suelen comprenderse como experiencias multisensoriales, cuya importancia habría radicado en desbordar la reducción de la investigación artística al ámbito de la mirada. Sin embargo, si bien la exploración del conjunto de los órganos de los sentidos era una cuestión de la época, de hecho compartida por Lygia Clark, los trabajos de esta artista fueron más lejos: el foco de su investigación consistía en la movilización de dos capacidades de las que serían portadores cada uno de los sentidos. Me refiero a las capacidades de percepción y de sensación, que nos permiten aprehender la alteridad del mundo respectivamente como un mapa de formas sobre las cuales proyectamos representaciones o como un diagrama de fuerzas que afectan a todos los sentidos en su vibratibilidad.

    Las figuras de sujeto y objeto solamente existen para la primera capacidad, que las supone y las mantiene en una relación de exterioridad. En tanto, para la segunda, el otro constituye una multiplicidad plástica de fuerzas que pulsan en nuestra textura sensible, que se convierte así en parte de nosotros mismos, en una especie de fusión. La tensión entre estas dos capacidades irreductiblemente paradójicas de lo sensible es lo que convoca y da impulso a la imaginación creadora (es decir, el ejercicio del pensamiento), la cual a su vez desencadena devenires de uno mismo y del medio en direcciones singulares y no paralelas, impulsadas por los efectos de sus encuentros[6].
    Suely Rolnik
    eipcp.net

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