DANIEL MERLE,ARGENTINO,EDITOR FOTOGRÁFICO
La lección del maestro
Cuando el alumno está listo, el maestro aparece.
Pasé por el Palais el domingo. Fui para escuchar la presentación de Julieta Escardó, y a retirar mi foto de la muestra del Premio Petrobras. Estaba nervioso amigos mios. Mientras escuchaba la deshilvanada charla de Daniel Molina en el auditorio de la feria, escribí mi primera lista de autores que me gustaron. Se las cuelgo aquí abajo:
Mi lista sigue con el libro “El rectángulo en la mano”, de Sergio Larrain, mencionado por Marcelo Brodsky en su estruendosa presentación de “El Fotolibro Latinoamericano” de Horacio Fernandez, de próxima aparición aquí. Luego anoté “Ricas y Famosas” de la mexicana Daniela Rossell que mencionó Marcelo también.
Y me quedó picando al final de la lista la siguiente anotación: Eduardo Gil – Gordon Matta-Clark. El miércoles, cuando inauguraba la feria y se daban a conocer los premios Petrobras, me encontré con Eduardo. Y me explicó la relación del título de su obra finalista “Splitting Patagonia” con la obra de Matta-Clark, autor a quien yo desconocía completamente. Minutos después de este encuentro, Eduardo era consagrado como ganador del certamen. Luego lo vi posando para las cámaras, un poco confundido, junto a su obra y a una extraña azafata que no se bien qué rol cumplia ahí.
A las nueve en punto de la noche del domingo, descolgué mi foto de las paredes del Palais. Salí con ella mientras un torrente de gente se confundía en abrazos y despedidas en la puerta de la feria. Me sentí feliz de haber participado; y triste también por aquellas fotos que no supe valorar y estaban ahi, al alcance de mi vista.
blgs.lanacion.com.ar
Me resulta increíble esta obra. Me produjeron un efecto, que tuve dificultades para verbalizar.
ResponderEliminarEs un proceso de deconstrucción, así la definió Gordon Matta - Clark, consistía en partir una casa por la mitad.Tras vaciar la casa de los enseres dejados en ella por los inquilinnos. Matta-Clark, tomó una motosierra para realizar dos cortes verticales que atravesaban el edificio por la mitad. Creó una escisión que aumentaba a medida que el espectador ascendía.
Splitting(1974), la describió como "hacer malabarismos con la sintaxis".
Los visitantes de la casa pudieron experimentar en carne y hueso esos malabarismos al comprobar que los ejes verticales y horizontales normales que organizan la arquitectura doméstica no se correspondían con sus horizontes perceptivos.
Se trata de una intervención en la vida diaria cotidiana en este caso, con la modificación de edificios. Convirtió la fotografía documental un arte culturalmente conceptual y reinvindicativo.
Esta obra tuvo eco en la comunidad artística neoyorkina de la época, pero su resonancia histórica apenas empieza a apreciarse en la actualidad merced a los cambios en la concepción del espacio urbano y arquitectónico, en la década del 90 y hasta la actualidad.