NATACHA PISARENKO,FOTÓGRAFA-ARGENTINA

¿Cómo empezó tu relación con la fotografía? ¿Existe un por qué?
Siempre me gustó la fotografía, desde chica; me acuerdo que mi papá me presentó un publicista con el cual colaboré un par de veces en distintas sesiones, pero me aburrió terriblemente la rama de la publicidad, a mi me gustaba el fotoperiodismo. Comencé a estudiar periodismo e hice mi primer intento por entrar a la Escuela de Arte Fotográfico de Avellaneda. El primer año no quedé seleccionada, tienen un cupo; luego nació mi primer hijo. Dos años más tarde volví a presentarme y ahí sí empecé a cursar mis estudios de fotografía.

Estudiaste en aRGra también ¿no? ¿Cómo llegás al mundo del fotoperiodismo?
Sí, hice un curso en aRGra. Mientras estaba en Avellaneda empecé una pasantía enLa Nación, luego empecé a colaborar, no tenía un sueldo fijo pero cubría los huecos;  un tiempo más tarde se fueron algunos fotógrafos, se generó un espacio y quedé permanente. Mi horario era de dos de la tarde a once de la noche por eso tuve que dejar la Escuela de Avellaneda, era a la noche también.
Fue por ese momento que comencé el curso en aRGgra, porque Avellaneda no se especializaba en fotoperiodismo y eso era a lo que yo me quería dedicar.

La Escuela de Avellaneda es más integral ¿no?
Si, a mí me encantó. Me acuerdo que uno de los primeros trabajos que nos encargaron fue fabricar una cámara, podías usar cualquier cosa, una caja de zapatos por ejemplo. Había que calcular las seis asas del papel, hacer los distintos diafragmas en papel metal con agujas de distinto tamaño; fue genial ver lo que podías hacer, cambiar el diafragma, el tiempo de exposición. Me encanto estudiar ahí.

¿Cómo fue la experiencia en La Nación?
Cuando entré estaba Don Rypka como editor, quien era muy exigente; aprendí mucho con él. El primer día, la primer nota que me mandó a hacer, fue a Charly García; yo estaba muy nerviosa. Me acuerdo que pase unas cuantas horas esperando hasta que termine de ensayar, no me permitieron fotografiarlo antes. Luego, cuando llegó la hora luego, acomodé las luces en el exterior de la casa y un viento las volteó, se cayeron.  Todo salía mal. Había una pileta vacía atrás mío y Charly bromeaba y me decía “Andá un poco más atrás, no, un poco más acá”. Yo estaba un poco tensa, todos se reían menos yo,  la situación me superó un poco.

Y aparte de la de Charly ¿Tenés alguna anécdota un poquito más...?
¿Más feliz? Sí, tengo una anécdota que me marcó en mi profesión. Hace unos años, por el año 2001 durante la presidencia de De La Rua, éramos supuestamente un país libre de aftosa; mi jefe nos manda a mí y a un periodista redactor a averiguar qué pasaba con los ganados porque al parecer estaban apareciendo nuevos brotes.
El periodista se encontró con que todos los veterinarios estaban vacunando contra la aftosa aunque no se podía decir; muchos de ellos accedieron a entrevistarse con él pero cuando yo preguntaba “¿Puedo hacer una foto?”, nunca me dejaban. Él ya tenía toda la información para armar su nota y el último día se iba a quedar escribiendo adentro del hotel. Yo agarré la agenda y empecé a llamar a los veterinarios uno por uno hasta que alguien me dijo “¿Sos de Buenos Aires y te acercaste hasta acá? Venite”. Yo no lo podía creer, fui hice la foto y se publicó en el diario. Esa insistencia de no conformarme con tener las manos vacías. Al día siguiente me llama un tipo, no me acuerdo de dónde, y me dice “Yo tengo  vacas con aftosa y se están muriendo”; fuimos e hicimos la nota.  
Suele suceder que los periodistas redactores encuentran todo mucho más fácil que nosotros los fotoreporteros, ¿no? Pueden hablar y transcribir las entrevistas; contar lo mismo a través de imágenes puede resultar más difícil pero no hay que aflojar, me parece que esta bueno tratar de contar lo que sucede a través de las fotos, aunque a veces cueste.

¿Cómo llegaste a una agencia internacional de noticias?
Llegué a Associated Press (AP) porque un jefe mío de La Nación (Pancho) me llamó para comentarme que abrían un puesto en Buenos Aires y que me presente. Yo ni lo había pensado. El portfolio me lo armó mi marido con un amigo, yo era muy mala para editarme a mí misma; se sentaron ese mismo día, que era mi cumpleaños, y se pusieron a editarlo. Lo presenté así, sin demasiada expectativa, y entré.  Ya hace once años trabajo ahí en relación de dependencia.

¿Cómo convivís con las fotos que hacés para la agencia y las fotos que querés hacer para vos? ¿Te reservas algo?
No me reservo nada, a mí me gusta hacer fotos. Me parece que lo que está bueno de la fotografía es que cada uno tiene su propia mirada. Recuerdo que un profesor deAvellaneda siempre decía que cuando le haces un retrato a alguien la foto refleja lo que ves en esa persona; cada uno es único mirando.

¿Cuáles son las diferencias entre un medio nacional y otro internacional?
En La Nación cubrís de todo, te permite hacer un montón de cosas, tomarte el tiempo, notas de todo tipo: actualidad, deportes, turismo, de todo; fue una linda experiencia y mi primer trabajo en lo que me gustaba. Disfrutaba mucho trabajar y compartir el día a día con todo el grupo de fotógrafos, éramos muchos y nos llevábamos muy bien; en cambio en AP no somos tantos, pero tenés mucha más libertad para proponer historias. AP es una agencia internacional, tiene pocos fotógrafos por país, y cuando hay algo grande, ya sea noticias internacionales o deportes, tenés la oportunidad de viajar. Por ejemplo cuando pasó el terremoto en Chile, movieron fotógrafos de la región. Se cubre lo que es importante a nivel internacional; se cubre mucho deporte, mucho futbol, porque se publica bastante afuera. Además podés proponer historias de interés internacional, como por ejemplo, la nota sobre los agroquímicos.

¿Cómo desembocaste en la temática, la conocías, que te motivó a hacer este trabajo?
Se lo propuse a mi jefe y me dijo que averigüe antes, que investigue y haga una propuesta según los resultados que encontrara. Al principio no tenía muy claro cómo era todo, así que arranqué buscando datos, estadísticas, hablando con colegas que ya habían hecho notas sobre los efectos de los agroquímicos, charlando con médicos de distintas zonas… ¿Ustedes leyeron la nota?

Sí encontramos una versión en inglés y una versión traducida pero no de un medio argentino ¿La nota se publicó acá en Argentina o sólo en el exterior?
Acá en la Argentina no se publicó en muchos lugares, Infobae la publicó, en el Chaco una de las doctoras que entrevistamos me comentó que se publicó un montón, que la llamaron para hacerle entrevistas toda la semana; ya que la nota mencionaba no sólo el Chaco sino que citaba muchos otros informes que ella había hecho averiguando mucho sobre las consecuencias del uso de agroquímicos en la zona. Yo creo que en los diarios del interior del país se publicó más.

¿Conocías la problemática?
No tanto. No sabía qué tan grave era. Es impresionante cuando te ponés a leer, a prestarle atención, a buscar datos; como de repente  te preguntas “¿Dónde estaba?”.
Habíamos hablado con mi marido previamente, comentado sobre la problemática, pero nunca le habíamos dedicado tiempo de estudio, ni plata para viajar por la Argentina. Un día vino un amigo de afuera, nos pusimos a hablar sobre el tema y nos dijo: “Che y por qué no hacen una nota”, y empezamos a averiguar juntos, a planear un viaje, ese mismo día, de lleno, cien por ciento. Comenzamos a conocer gente, hablar con médicos, con maestros de zonas rurales, con personas que nos contaban que el agua no se podía tomar, de cómo habían crecido los números de enfermos de cáncer en los últimos años, de niños enfermos. Es un problema que nos afecta a todos y por el que todos deberíamos preocuparnos. Encontramos mucho más de lo que esperábamos.
En la Argentina no hay control sobre el uso de los agroquímicos, hay un uso indiscriminado,  en muchos lados no se respeta las leyes, ni se cuida la salud de la población.
Después del viaje le escribí a mi jefe lo que vimos y le mandé las fotos que había tomado; el Director de la agencia, Michael Warren, se entusiasmó con la idea de trabajar juntos en esta nota luego de ver el informe, así que empezamos a trabajar en marzo del 2013 y nos llevó prácticamente un año de trabajo. Yo no viajé todo lo que hubiera querido pero bueno, hice lo que pude.

La misma temática atraviesa todo el país.
Está en todos lados, Santiago del Estero, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, Provincia de Buenos Aires, seguramente en otros países también, como Paraguay o Brasil; lo que pasa es que lleva tiempo recorrer tantos lugares. Me hubiera gustado viajar más, tener más tiempo con la gente local. Cuesta ganarse la confianza de la gente para que te cuente sus problemas; no es que le tocás la puerta a alguien, te atiende y cuenta toda su vida: ellos no saben de dónde venís. Necesitas tiempo.
En muchos lugares viven y comen de la producción de la soja, muchas veces nos encontramos con personas que no quieren hablar porque es difícil tirarse contra su fuente de trabajo.
Hay estadísticas hechas por profesionales de la salud indicando que los problemas de salud sufridos por las poblaciones aledañas a las regiones con mayor cantidad de cultivos de soja del país aumentaron en los últimos tiempos: las tasas de cáncer, los defectos de nacimiento, los abortos.

Es que el tema tiene muchas aristas y sobre todo atraviesa un montón de intereses económicos.
Sí, hay poco control. Me acuerdo un día estaba sentada en Avia Terai, Chaco, en la esquina con una señora; como en todos los pueblos la gente se sienta en las veredas. Estábamos charlando de cualquier cosa y me comenta “Dicen que las fumigaciones con agroquímicos que utilizan para la soja hacen mal, espero no sea cierto, porque este hospital entero lo construyeron gracias a las ganancias de la producción sojera”.

¿Obtuvieron algún tipo de respuesta?
La empresa Monsanto, luego de que la nota de AP saliera, saco un comunicado en su cuenta de Twitter diciendo que si los pesticidas están siendo mal utilizados en Argentina, entonces es en el mejor interés de todos: el público, el Gobierno, los agricultores, la industria y Monsanto, que se detenga su mal uso. Dijeron además que la historia de AP carecía de datos específicos sobre los impactos a la salud.
En la nota se citaban estudios científicos, encuestas epidemiológicas, testimonios de médicos que trabajan en zonas rurales, testimonios de personas afectadas, datos de la industria de los pesticidas y del Gobierno; testimonios del mal uso, por ejemplo, maestras rurales fumigadas en plena clase.
Habría que unificar las leyes a nivel nacional para proteger a la población; más y mejor control para que se cumplan. Hay muchas denuncias sobre la fumigación cerca de viviendas, escuelas, fumigación con viento o sobre ríos que termina contaminando toda el agua.
De todas formas el resultado del trabajo en esta nota en particular no refleja, para mí, todo lo que vi; para mí no termina de contarlo, no está completo.

La experiencia que te deja…
Conocí un montón de gente increíble, entre ellos médicos, madres, maestras, en distintas zonas del país, que dedican su tiempo y energía para cambiar cosas que están mal sin ser individualistas, que se preocupan y ocupan de concientizar, de hacer cumplir la ley; trabajan en intentar mejorar la ley para proteger a la población.
, .mensajeronoticias.com.ar

Comentarios

  1. sde el terremoto en Haití hasta el funeral de Néstor Kirchner, pasando por el mundial de Sudáfrica y la toma del parque Indoamericano, podrá volver a verse en la muestra anual de los Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra).

    Un grupo de 140 fotógrafos exponen más de 260 imágenes que fueron seleccionadas por el comite editor integrado por Mariana Araujo, Pablo Lasansky, Luis Micou, Leonardo Petricio y Pascual Belvedere, una dificil tarea por la cantidad de material recibido (unas 2500 imágenes), y por la calidad y la importancia periodistica de las mismas.

    La muestra, que se inaugura hoy, permanecerá abierta al público hasta el 11 de septiembre en el Palais de Glace, situado en la calle Posadas 1725. La entrada es libre y gratuita.

    Además, quienes se acerquen a disfrutarla, podrán ver el homenaje a la primera muestra de Argra que se hizo en octubre de 198,1en donde 70 fotógrafos expusieron 200 imágenes, muchas de ellas censuradas o inéditas.

    Una muestra, el reflejo de un país.www.lanacion.com.ar

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  2. GRILLA HORARIA 2015
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