Quevedo 1580- 1645 AGUJA PARA NAVEGAR CULTOS La aguja de navegar cultos con la receta para hacer soledades en un día de 1631. Satírica embestida contra los poetas que usan el lenguaje Gongoriano o culterano. Quien quisiera ser culto en un solo día La jeri aprenderá gonza siguiente: fulgores arrogar jóven presidente candor construye métrica armónica; por mucho, si no purpuracía neutralidad conculco;erige mente, pulso,estento,librar adolescente, señas, traslada, pira frustra arpía; cede, impide cisura petulante palestra, libia, meta, argento alterna, si bien disuelve émulo canoro. Use mucho de líquido y de errante, su poco de nocturno y de caverna, anden listos livor, adunco y poro, Que ya toda Castills, con solo esta cartilla se abrasa de poetas babilosos, escribiendo sonetos con fusiones; y en la Mancha, pastores y gañasos, atestadas de ajos las barrigas, hacen ya cultedades como migas. Quiero quedar bien con Quevedo. Puede darse cuenta ¡
Curiosa historia la de un personaje legendario como Virginia Oldoini (1837-1899), más conocida como la Condesa de Castiglione, cuya vida guarda también una fuerte relación con el desarrollo primigenio de la fotografía. Nacida en Florencia, hija de una familia perteneciente a la aristocracia de la Toscana, se casó a los 17 años con Francesco Veraris Asinari, Conde de Castiglione. De caracteres muy diferentes, la condesa gustaba de acudir a fiestas, y tenía una personalidad alegre y vitalista.
ResponderEliminarConvencida por su primo Cavour, primer ministro del rey Victor Manuel de Cerdeña y el Piamonte, acude a París en 1855, con el objetivo de doblegar la voluntad de Napoleón III y conseguir su apoyo para la renunificación de Italia. Allí empezó su leyenda. En París, se convierte en uno de los personajes de la época, centro de todas las fiestas y bailes, a donde acudía junto a su marido, a la que acompañaba, intentando ser siempre de los últimos en llegar. En la capital francesa permaneció ya prácticamente toda su vida, terminando sus días en un apartamento en la Place Vendome, sola, y dicen que con las paredes cubiertas de negro y los espejos tapados para no observar su envejecido rostro.
Y, una vez situados en su biografía, lo que verdaderamente nos interesa es la devoción que sintió la Condesa de Castiglione por su imagen, y el amor que tenía a la fotografía. Durante años estuvo visitando uno de los grandes estudios fotográficos de la época en París, el de Mayer y Pierson, donde Pierre-Louis Pierson la retrató en multitud de poses y escenografías distintas. Una colaboración que duró 40 años, entre 1856 y 1895, y que hubiera fructificado en una muestra en la Exposición Universal de París de 1900, de no ser por su muerte a los 62 años. Al menos, así lo había pensado la Condesa de Castiglione.
Más de 400 fotografías se conservan de ella, interpretando papeles muy distintos, que la propia condesa se encargaba de idear. Para ello, se inspiraba en la pintura, la literatura, el teatro o la ópera, y adoptaba roles que la convertían en taciturna, soñadora, enigmática, apasionada… casi como si fuera una Cindy Sherman del siglo XIX. Incluso, rompiendo las normas de la época, se dejó fotografiar sus pies y piernas desnudas. Unas fotografías donde ella dirige y selecciona, y Pierson sólo se encarga de la parte mecánica de la imagen, en una autoría que podríamos decir que pertenece más a la condesa que al fotógrafo.www.odaaniepce.wordpress.com
No recuerdo quién dijo que la política debe tener algo porque muchos quieren entrar en ella y los que están no quieren salir y aunque las convicciones políticas son como la virginidad: una vez perdidas, no vuelven a recuperarse (Francisco Pi y Margall), muchos recurren al noble arte del transfuguismo – lo que toda la vida hemos llamado chaqueteros – para conservar la poltrona. Pero si alguien destaca por encima de todos ellos, y al que todos los políticos parecen venerar, fue Charles Maurice de Talleyrand. Su éxito político se puede resumir en una frase acuñada por él mismo:
ResponderEliminarLa palabra se ha dado al hombre para que pueda encubrir su pensamiento
Charles Maurice Talleyrand nació en el seno de una de las familias más poderosas y prestigiosas de Francia pero vio truncado su deseo de iniciar la carrera militar por ciertos problemas de huesos que le produjeron una evidente cojera. Así que, se decidió por la Iglesia. Su salto a la política se produce en 1789 cuando es nombrado representante del clero en los Estados Generales convocados por Luis XVI. Con el triunfo de la Revolución Francesa sabe adaptar su discurso a las nuevas condiciones: ataca a la Iglesia y participa en la confiscación de sus bienes, incluso participa en la redacción de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Es nombrado embajador de Francia en Londres y aprovecha para alejarse de los años de Terror durante la revolución. En 1797, durante el Directorio, regresa para ser nombrado Ministro de Relaciones Exteriores, etapa en la que conoce y entabla una estrecha amistad con Napoleón. Viendo las pretensiones de Napoleón, dimitió de su cargo para apoyar el golpe de estado del 9 de noviembre de 1799 (18 de brumario del año VIII del calendario republicano francés) que instauró el Consulado donde volvió a ser nombrado Ministro de Relaciones Exteriores. En 1804, con el nombramiento de Napoleón como Empereur des Français, adquiere una cuota de poder y de riqueza inimaginable.(...)www. historiadelahistoria.com