Quevedo 1580- 1645 AGUJA PARA NAVEGAR CULTOS La aguja de navegar cultos con la receta para hacer soledades en un día de 1631. Satírica embestida contra los poetas que usan el lenguaje Gongoriano o culterano. Quien quisiera ser culto en un solo día La jeri aprenderá gonza siguiente: fulgores arrogar jóven presidente candor construye métrica armónica; por mucho, si no purpuracía neutralidad conculco;erige mente, pulso,estento,librar adolescente, señas, traslada, pira frustra arpía; cede, impide cisura petulante palestra, libia, meta, argento alterna, si bien disuelve émulo canoro. Use mucho de líquido y de errante, su poco de nocturno y de caverna, anden listos livor, adunco y poro, Que ya toda Castills, con solo esta cartilla se abrasa de poetas babilosos, escribiendo sonetos con fusiones; y en la Mancha, pastores y gañasos, atestadas de ajos las barrigas, hacen ya cultedades como migas. Quiero quedar bien con Quevedo. Puede darse cuenta ¡
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ResponderEliminarGanimedes fue secuestrado por Zeus en el monte Ida, en Frigia (que actualmente corresponde a Turquía), lugar de más de una leyenda sobre la historia mítica de Troya. Ganimedes pasaba allí el tiempo de exilio al que muchos héroes se sometían en su juventud, cuidando un rebaño de ovejas o, alternativamente, la parte rústica o ctónica de su educación, junto con sus amigos y tutores. Zeus lo vio, se enamoró de él casi instantáneamente, y enviando un águila o transformándose él mismo en una lo llevó al monte Olimpo.
ResponderEliminarGanimedes era de origen troyano y no griego, lo que le identifica como parte del nivel más antiguo de la mitología egea prehelénica. Platón opinaba en su Timeo que el mito de Ganimedes había sido inventado por los cretenses —la Creta minoica era un centro de poder de la cultura prehelénica— para justificar sus inclinaciones homosexuales, que más tarde fueron importadas por Grecia, en lo que coinciden los autores griegos. Homero no se preocupa por el aspecto erótico del rapto de Ganimedes, pero es ciertamente en un contexto erótico en el que la diosa se refiere a la rubia belleza del troyano en el Himno homérico a Afrodita, mencionando el amor de Zeus por el muchacho como parte de su atracción por el troyano Anquises.
El rapto de Ganimedes. Óleo de Eustache Le Sueur. 1650.
El poeta romano Ovidio añade vívidos detalles y veladas ironías dirigidas contra los críticos del amor entre hombres: tutores maduros esforzándose por recuperarlo, y los perros de Ganimedes ladrando inútilmente al cielo (Carmina x). En la Tebaida (i.549) de Estacio se describe una copa labrada con una iconografía del mito de Ganimedes: «Aquí el cazador frigio es llevado por el aire sobre alas leonadas, la cordillera de Gárgara se hunde a medida asciende, y Troya se desvanece bajo él; tristes quedan sus camaradas; en vano los perros cansan sus gargantas ladrando, persiguen su sobre o aúllan a las nubes.»
En el Olimpo, Zeus hizo a Ganimedes su amante y copero, suplantando a Hebe. Todos los dioses se llenaron de gozo al ver la belleza del joven, salvo Hera, la esposa de Zeus, que lo trató con desprecio. Su odio por el muchacho fue usado por los mitógrafos para justificar su rencor por los troyanos (junto al hecho de no habérsele concedido el premio de belleza en el juicio de Paris y a la infidelidad de Zeus con la pléyade Electra, de cuya unión nació Dárdano, ascendiente de los reyes troyanos).
Zeus y Ganimedes. Anton Raphael Mengs (1758-59).
En una posible versión alternativa, la titánide Eos, diosa del amanecer y experta en belleza masculina, secuestró a Ganimedes junto con su hermano Titono, su más recordado esposo, a quien le fue concedida la inmortalidad, pero no la eterna juventud. De hecho Titono vivió para siempre pero se hizo más y más anciano, terminando por convertirse en un grillo, en lo que es un ejemplo clásico del elemento mitológico de la bendición con trampa. Al igual que Ganimedes, Titono se sitúa en el linaje de los dardánidas a través de Tros, un epónimo de Troya. Robert Graves (Los mitos griegos) interpretaba la sustitución de Ganimedes por Titono en unas pocas referencias al mito como malinterpretaciones de un icono arcaico que habría mostrado al consorte de la diosa alada llevando un libatorio en su mano. (Citado en el escolio Sobre Apolonio Rodio iii.115; Virgilio, Eneida i.32; Higino, Fábulas 224.)
El padre de Ganimedes echaba de menos a su hijo. Comprensivo, Zeus envió a Hermes con dos caballos tan veloces que podían correr sobre el agua. Además, Hermes aseguró al padre de Ganimedes que el muchacho era ahora inmortal y que sería el copero de los dioses, un puesto de mucha distinción. El tema del padre se repite en muchos de los primeros mitos griegos de amor entre hombres, sugiriendo que las relaciones homosexuales simbolizadas por estas historias tenían lugar con el consentimiento del padre.
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en.wikipedia.org
Según la mitología, Zeus habría asignado una medida apropiada y un justo límite a todas los seres: el gobierno del mundo coincide así con una armonía precisa y mensurable, expresada en las cuatro fases escritas en los muros del templo de Delfos:
ResponderEliminar"Lo más exacto es lo más bello"., "Respeta el límite". "Odia la hybris (insolencia)", "De nada demasiado". En estas reglas se basa el sentido general griego de la belleza, de acuerdo con una visión del mundo que interprete el orden y la armonía como aquello que pone un límite al "bostezante Caos" de cuya gargante brotó según Hesíodo, el mundo. Es una visión que cqae bajo la protección de Apolo, que efectivamente está representado entre las Musas en el frontón occidental del templo de Delfos.
En el mismo templo que se remonta al sigo IV, en el frontón opuesto, está representado Dionisos, dios del caos y de la desenfrenada infracción a todas las reglas.
La presencia de dos divinidades antitéticas, no han sido tratadas hasta Nietzsche, en la edad moderna, expresa una posible irrupción del caos en la bella armonía.
El rapto de Ganímedes en este blog el 1 de octubre de 2014 por Harte con Hache.
ResponderEliminarRenacimiento y Barroco[editar]
ResponderEliminarGanimedes, de Correggio (1531).
En la obra de Shakespeare Como gustéis (1599), una comedia de equívocos ambientada en el mágico Bosque de Arden, Celia, vestida de pastora, se convierte en Aliena («forastera») y Rosalinda, al ser «de una estatura más alta que la general», se disfraza de muchacho, Ganimedes, una imagen conocida para el público. Rosalinda se aprovecha de su encanto ambiguo para seducir a Orlando, pero también (involuntariamente) Febe. De esta forma por las convenciones del teatro isabelino en su concepción original el joven que interpretaba a Rosalinda se vestía como un muchacho y era entonces cortejado por otro chico que interpretaba a Febe.
Rapto de Ganimedes, de Rembrandt (1635).
Cuando el pintor y arquitecto Baldassarre Peruzzi incluyó un panel de El rapto de Ganimedes en un techo de la Villa Farnesina en Roma (circa 1509-1514), el largo pelo rubio y pose de niña de Ganimedes le hacen inidentificable a primera vista, aunque sujeta el ala del águila sin resistencia. En la versión de Correggio (1439-1534) en Viena el agarre de Ganimedes es más íntimo. La versión de Rubens retrata un joven muchacho del campo totalmente desarrollado. Pero cuando Rembrandt pinta el Rapto de Ganimedes para un mecenas calvinista holandés en 1635, los matices eróticos clásicos sufren un giro mordaz: la oscura águila lleva en volandas un regordete bebé querubín que llora y se orina de miedo (Galería de Pinturas de Dresde). Esto es una formulación pictográfica de la antigua condena de los pederastas que explotan a los niños pequeños.
Luis de Góngora utiliza el mito de Ganimedes en Las Soledades y en su famoso soneto La dulce boca que a gustar convida....
Wilhelm Vollmer ilustraba el artículo «Ganimedes» de su Wörterbuch der Mythologie aller Völker (Stuttgart, 1874) con un grabado de un «relieve romano» que mostraba a un Zeus sentado y barbudo que sostenía la copa a un lado para poder abrazar a un desnudo Ganimedes. Sin embargo, dicho grabado no era más que una copia del fresco romano falsificado por Anton Raphael Mengs, como broma para el crítico de arte del siglo XVIII Johann Winckelmann, quien estaba desesperándose en su búsqueda de antigüedades homoeróticas griegas y romanas. Esta historia es referida muy brevemente por Goethe en su Italienische Reise[1]es.wikipedia.org