Lo que los mosaicos romanos revelan sobre el arte antiguo Mosaico de Bailarines Báquicos, Hatay, Turquía. Tiempo estimado de lectura: 6 minutos • Última actualización: 02.20.19 Los mosaicos romanos se componen de imágenes geométricas y de figuras creadas por arreglos de pequeñas piezas de piedra y vidrio. Las formas más tempranas de mosaicos grecorromanos fueron concebidas en Grecia a fines del siglo V aC Aunque los griegos refinaron el arte de los mosaicos figurativos incrustando guijarros en el mortero, los romanos ampliaron esta técnica establecida, usando teselas, cubos de piedra, cerámica, o vidrio: para formar diseños intrincados y coloridos. Hoy en día, estas obras ofrecen una imagen vívida de la antigua vida romana; un vistazo a las actividades cotidianas de una antigua civilización que incluyó concursos de gladiadores, deportes y agricultura, al mismo tiempo que sirve como documentación de artículos cotidianos como comida, ropa, herramientas y arm
. El historiador no sólo aprehende de ese pasado, sino que lo reconstruye desde su presente y su cultura (este punto me parece fundamental ya que esto influye mucho a la hora de reconstruir el pasado), hace “presente” ese “pasado” tan remoto. En palabras de Marrou: ” la historia es el resultado del esfuerzo, en un sentido creador, por que el historiador, el sujeto cognoscente, establece esa relación entre el pasado que evoca y el presente que es el suyo.” Por eso es muy importante la labor del historiador y Marrou, en su texto, rescata la subjetividad y convierte al historiador como vector del conocimiento, ya que sin él no habría Historia. Agrego también que el conocimiento histórico pasa por el historiador, sin él la historia serían hechos vagos, sin sentido. Es el historiador el que conoce, interpreta, divulga y nos acerca a ese pasado tan lejano al presente nuestro para que podamos entenderlo en su totalidad.
ResponderEliminarPor último, Marrou en su texto nos dice, ya en términos generales, que tan importante puede llegar a hacer la subjetividad del historiador en la reconstrucción del acontecer humano en el tiempo y como él nos dice en una de sus páginas: “La historia es inseparable del historiador”.
El pasado sólo cabe retenerlo como imagen que relampaguea de una vez para siempre en el instante de su cognoscibilidad.
ResponderEliminarSobre el concepto de historia
Obras I, 2, p. 307
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Articular el pasado históricamente no significa reconocerlo «tal y como ha sido» [en palabras de Ranke]. Significa apoderarse de un recuerdo que relampaguea en el instante de un peligro.
Sobre el concepto de historia Walter Benjamin www.circulobellasartes.com
El Museo Nacional de Estocolmo guarda un cuadro de Francisco de Goya (Fuendetodos, Zaragoza, 1746-Burdeos, 1828) que ha permanecido casi olvidado desde su ejecución y ha peregrinado por países y colecciones. El lienzo, de 294x244 centímetros, se titula La Verdad, el Tiempo y la Historia. Alberto González Troyano (Algeciras, Cádiz, 1940) defiende en su recién publicado libro La reinvención de un cuadro de Goya (Abada Editores) que el lienzo es una alegoría de la Constitución de 1812.
ResponderEliminarA la hora de escribir su libro, González Troyano siguió el hilo iniciado por varios expertos. La estadounidense Eleanor A. Sayre, que fue directora del Museo de Bellas Artes de Boston, donde está el boceto del cuadro, había indicado que existía la posibilidad de interpretar la obra como una alegoría de la Constitución de 1812 en un artículo publicado en 1975. “La recuperación del cuadro coincide, pues, con la democratización de España tras la muerte de Franco. El cuadro estaba ahí, apagado, hasta que se le presta otra mirada”, explica González Troyano, que ha sido profesor de Literatura Española en las Universidades de Cádiz y Sevilla. A la interpretación de Sayre se añadieron nuevas voces apoyando esta tesis, como las de Gudrun Maurer y Juan José Luna, conservador del Museo del Prado.
El libro ha recibido el Premio Iberoamericano de Ciencias Sociales Cortes de Cádiz. “Como no hay una documentación precisa, no aporto una documentación nueva. Lo que intento es hacer un recorrido por la pintura y por la mentalidad de Goya para ver cómo fue posible que él pintara ese cuadro en 1812, en 1814 o en 1820. Intento hacer ver que el cuadro era coherente con su trayectoria pictórica e ideológica. He querido luchar contra el tabú de que Goya es un pintor intuitivo, espontáneo, poco reflexivo... Defiendo que Goya era un pintor filósofo, como le llamaba Bartolomé José Gallardo, que era uno de sus amigos”, afirma González Troyano.
“Intento que no se vea el Goya de los fusilamientos, de las escenas de mayo, como el único Goya posible. En Goya lo importante es su liberalismo; no el hecho de que fuera afrancesado o patriota, que es donde se ha puesto el acento hasta ahora”, añade. “Goya dejó una serie de dibujos sueltos donde están sugeridas sus ideas liberales. Además de ser un pintor crítico, Goya tenía una ideología liberal que manifiesta en esos dibujos. El cuadro habría sido la culminación de esos dibujos liberales. La mayoría de esos dibujos están en el Museo del Prado. Están muy vinculados con lo que va a aparecer en el cuadro. Son dibujos en los que está la respuesta política concreta para acabar con la situación del Antiguo Régimen. Estos dibujos son como los ensayos, la preparación donde Goya va fraguando casi clandestinamente la idea del gran cuadro, que presiente que un día va a poder pintar cuando se den las circunstancias políticas adecuadas para ello. Y esto ocurre en 1812”, dice.
González Troyano aclara el significado de las tres figuras simbólicas que figuran en el cuadro. “Por una parte, está el Tiempo, representado por un anciano. El Tiempo está empujando suavemente a la mujer que está de pie, que es la figura de la Constitución, a la que saca de ese mundo sórdido y negro del Antiguo Régimen. La mujer que está de pie no es España porque es un personaje sin adornos. Es un personaje con un aire modesto, como si estuviera cobrando por primera vez un sitio en la vida política de los españoles. Donde se concentra todo su poder es en ese librito que sostiene en su mano derecha y que responde al mismo formato que una de las ediciones de la Constitución de 1812. En su mano izquierda lleva una especie de cetro modesto: la autoridad que los españoles le han concedido”, continúa González Troyan
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Martha6 de agosto de 2013, 9:58
ResponderEliminarReflexiono un poco más profundamente al expresar "un arte de sensación y no de reflexión". Leyendo a Benjamin en el "Libro de los Pasajes". Alli dice "La historia se deshace en imágenes, no en historias". Las imágenes constituyen una fuerza material que da forma a la historia como lo son las fuerzas económicas y sociales. La imagen es un modo de presentación y representación del pensamiento.No están reñidas con la reflexión.La Denkbilder(imagen-pensamiento)como un modo poético de escritura.Gerhard Richter lo ha advertido. Para Benjamin, todo acto de lectura literario o histórico está fundamentalmente predicado en un compromiso con la imagen.
Fuente: Walter Benjamin, Culturas de la imagen-Introducción: Alejandra Uslenghi,Compiladora, Gerhard Richter, "Una cuestión de distancia. La calle de dirección única de Benjamin a través de los pasajes. Buenos Aires, Eterna Cadencia Editora.2010 En este blog.
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ResponderEliminarW. Benjamin procuraba confrontar la disciplina histórica con la cuestión del orígen,no precisamente por la fuente,sino a través de un torbellino,en forma imprevisible,como si algo apareciera en cualquier momento en el curso del relato.
ResponderEliminarPareciera un pensamiento estrecho,(considerar que las grandes civilizaciones penetraron por el Estrecho de Bering,Porqué no plantearse que pudo haber sido al revés,o,por una doble circulación?
Probablemente es necesario entender la palabra "orígen" e "historia"en sentido diferente.W. Benjamin lo intentó en 1928;su propósito era perturbador y,por supuesto irritante para todo historiador positivista(esto le valió,a su autor la no "habilitación" de su trabajo y su apartamiento del mundo universitario.
"El orígen nunca se da a conocer en la existencia desnuda y manifiesta de lo fáctico,y su ritmo no puede ser percibido más que en una doble óptica.Pide ser reconocido por una parte como una restauración,una restitución y por otra como algo que de ese modo está inacabado,siempre abierto"Benjamin,"El orígen del drama barroco"Taurus,Madrid(1990).
La historia del arte sobreviene en el relato histórico constituído como una falla,un accidente,un malestar.Una historia del arte que sea capaz de crear fracturas,torbellinos,desgarramientos con el saber que ella misma produce,capaz de crear nuevos umbrales teóricos.
Fuente:Didí Hubermann,"Ante el tiempo",La imagen matriz,El orígen como torbellino