IVÁN NAVARRO, ARTISTA CHILENO, 1972-PRIMERA GRAN RETROSPECTIVA EN CA660
Primera Gran Retrospectiva de Iván Navarro
En la obra del artista visual Iván Navarro (43), los objetos cotidianos se vuelven símbolos políticos, de protesta social o personal, de estética minimalista, hipnótica y cautivante. Son sillas, rejas, pozos, tambores y puertas de colores, que desde su construcción con tubos fluorescentes y otras luces eléctricas, representan un falso abismo de túneles infinitos.
Más de 20 años de trayectoria se resumen hoy en el CA 660, en la primera retrospectiva individual de su obra en Chile. Bajo el título Una guerra silenciosa e imposible, con la curatoría del español Manuel Cirauqui, la exposición gratuita contempla 23 obras, entre instalaciones, esculturas lumínicas, objetos cotidianos transformados, videos y música. Las piezas abarcan desde los inicios del artista en el Chile de los años 90, hasta sus últimas exposiciones en instituciones como el Museo Guggenheim de Nueva York, la Daniel Templon Galerie de París y la Hayward Gallerie de Londres.
Luz y resistencia
Formado en la Facultad de Arte de la Universidad Católica, Iván Navarro se radicó en Nueva York en 1997. Desde entonces, ha forjado una sólida carrera internacional, con exposiciones en Alemania, España, Estados Unidos e Italia.
En 2009 fue el representante oficial de Chile en la 53° Bienal de Venecia. Precisamente, dos de las tres obras que escogió para la bienal, Death Row (2006-2009) –13 puertas de aluminio, con espejos y luces de neón en una gama de colores primarios- y Resistance (2009) –video que muestra la escultura del mismo nombre, un carro de neón, recorriendo las calles de Nueva York- son parte de la retrospectiva en Chile.
Superando la denominación de esculturas incandescentes, la propuesta de Navarro traspasa la barrera de lo estático: al recorrer los pasillos de la muestra es posible sentir el sonido inquietante y la luz fluorescente de los tubos en obras como Black electric chair (2006), silla minimalista de neón oscuro montada en un cuarto sin luz, o la Reja Corpartes, versión local de Armory Fence (2011) que cambia su nombre y dimensiones dependiendo del lugar donde se presente, cercando el orden de la muestra a modo de trampa.
Estas y otras obras son lo que el artista concibe como máquinas, que, dentro de su imaginario artístico, entran en tensión con el sistema político y económico global. O con la historia chilena reciente. Parecen funcionales, pero son frágiles obras de arte que apelan a la reacción y reflexión del público. Es en este sentido, político y simbólico, que el uso de luz eléctrica y especialmente de tubos fluorescentes funciona como base de la creación de Navarro: surge desde su infancia en un Chile en dictadura, donde los continuos cortes de luz, según el artista, eran una herramienta de control social.
Obras en diálogo
Navarro explica que la retrospectiva fue armada desde los principales conceptos que han definido su obra, para luego dar paso al diálogo y el conflicto entre cada una de las piezas que el público irá descubriendo en su recorrido, con el apoyo de una guía impresa.
“Se eligieron las obras que pudieran tener sentido entre ellas y que de alguna forma también pudieran dialogar entre sí. La exposición tiene muchos matices y es también muy ambiciosa, porque engloba varios conceptos de lo que he trabajado y también muchas obras distintas”, señala.
La muestra viene a celebrar el primer año del Centro de las Artes 660, que en esta ocasión, con la curatoría del español Manuel Cirauqui, completa un trabajo de cinco meses. El resultado es una exposición panorámica de la trayectoria de Navarro y un catálogo inédito que compila los bosquejos originales de las obras junto al análisis de quien es, además, curador adjunto de la Dia Art Foundation, una institución neoyorquina sin fines de lucro que apoya y preserva proyectos de arte a gran escala.
“La exposición no es un recorrido cronológico ni lineal sobre el trabajo de Iván Navarro”, advierte Cirauqui. “Por el contrario, hemos querido subrayar las conexiones entre las distintas obras de Navarro y todo lo que engloba la perspectiva de esa guerra dentro de esta exposición: ese campo de tensión y esa vivencia inmóvil, a veces imposible, a veces simbólica y otras veces puramente física, de las piezas que se presentan”. Jacqueline Plass, directora de CorpArtes, destacó el valor y carácter vanguardista de la muestra, así como el hecho de que “ permite la interacción y vivir experiencias lúdicas y reflexivas únicas”. latinamericanart.com
ResponderEliminar¿En qué proyectos estás ahora? Últimamente estoy interesado en investigar juegos de lenguaje para convertirlos en esculturas. Pasar de lo bidimensional a lo tridimensional o a alguna dimensión desconocida.
¿Te refieres a obras como “Bed” (2009) y “Éxodo” (2008)? (que podrían considerarse una nueva categoría de objeto, donde la palabra se vuelve estructura ambigua, se repite en un juego de espejos al infinito, de significado suspendido en un pozo sin fondo…). Estoy comenzando a buscar frases... Estas palabras que tú dices me llevaron a lo que estoy investigando hoy. Me interesan las frases que se contradicen sin querer o que se autoanulan... algo así como: No Me Duele Nada, es sólo un ejemplo...
¿En qué conviertes el registro objetual que ha poblado tu producción? El carro, la bicicleta, las sillas, las puertas, los portales… ¿se vuelven significantes de qué? Me interesa trabajar metáforas de la funcionalidad del arte y sus usos sociales, conceptos que he tomado de Ludwig Wittgenstein, Jean Baudrillard, Gilles Deleuze y Roberto Bolaño…. Cómo esa funcionalidad, obvia o literal, interroga al espectador, es algo más profundo que la apariencia de los objetos cotidianos que mencionas. Las obras que hago son analíticas y no formales. Hablan de la escultura como práctica y ciertas situaciones sociales o políticas que tienen que ver con ideas escultóricas o monumentales que me interesa criticar.
Cuéntame un poco más sobre esos conceptos que ligan a estos filósofos con el escritor chileno Roberto Bolaño… De cada uno de estos autores he sacado ideas que se vinculan a mis ideas de cómo entender la escultura. De Wittgenstein me interesan los juegos de lenguaje. De Baudrillard, cómo entender de forma abstracta los signos. De Deleuze, el Rizoma. De Bolaño, el humor.
En tu obra ha habido una mirada que cruza la historia política de Chile, especialmente desde la dictadura, con la historia del país donde resides… ¿qué hay del Chile actual? ¿Te sitúas también desde los últimos cambios sociales, políticos y culturales del país de origen? El proyecto “¿Donde están?” trata del Chile actual.
Lo siguiente juega un poco con la ficción: eres de los artistas que crecieron durante los años 90, que fueron logrando visibilidad gracias a una escena local tributaria del sistema de libre mercado y también de la institucionalidad cultural que se fue desarrollando durante los gobiernos de la Concertación. Incluso tu participación en la Bienal de Venecia fue condicionada bajo la gestión de la misma administración. ¿Crees que tú y los otros artistas favorecidos por ese contexto (Patrick Hamilton, Mario Navarro, Camilo Yáñez, Claudio Correa, Mónica Bengoa, entre otros) tendrán similar relación con el gobierno de Sebastián Piñera? ¿Qué crees que ocurrirá con el arte local que ha circulado bajo ciertas políticas culturales, ese arte crítico experimental que marcó un momento (cambio de siglo) y que figura luego internacionalmente incluso bajo intenciones de una “imagen país”? ¿Habrá una nueva visualidad entrante en escena? No lo sé. No me interesa pensar en esto. Trato de pensar en “ese” Chile lo menos posible. Las políticas culturales estan entrampadas... La fundación de Piñera no ayudó a Matucana 100 para hacer el proyecto “¿Donde están?”; también se molestaron mucho cuando recibimos el Altazor y mi hermano (Mario fue a recibir el premio por mí, yo no estaba) pidió públicamente “no voten por Piñera”... En todo caso, el arte en Chile es decoración y eso es tremendamente irónico y ayuda a la experimentación...
¿Qué expectativas tienes respecto a la gestión del nuevo Ministro de Cultura, Luciano Cruz Coke? Ninguna. No he seguido su gestión. Ojalá haga algo bueno para todos los chilenos.
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