Quevedo 1580- 1645 AGUJA PARA NAVEGAR CULTOS La aguja de navegar cultos con la receta para hacer soledades en un día de 1631. Satírica embestida contra los poetas que usan el lenguaje Gongoriano o culterano. Quien quisiera ser culto en un solo día La jeri aprenderá gonza siguiente: fulgores arrogar jóven presidente candor construye métrica armónica; por mucho, si no purpuracía neutralidad conculco;erige mente, pulso,estento,librar adolescente, señas, traslada, pira frustra arpía; cede, impide cisura petulante palestra, libia, meta, argento alterna, si bien disuelve émulo canoro. Use mucho de líquido y de errante, su poco de nocturno y de caverna, anden listos livor, adunco y poro, Que ya toda Castills, con solo esta cartilla se abrasa de poetas babilosos, escribiendo sonetos con fusiones; y en la Mancha, pastores y gañasos, atestadas de ajos las barrigas, hacen ya cultedades como migas. Quiero quedar bien con Quevedo. Puede darse cuenta ¡
Esperanza I
ResponderEliminar1903
Óleo sobre lienzo, 181 x 67 cm.
Ottawa, National Gallery of Canada
Fue expuesto en la Kunstschau de 1909; el artista no había podido presentarlo en la individual organizada por la Secesión en 1903: "en la Viena del buen gusto hubiera habido una rebelión declarada", observaba Hevesi. La obra constituía un auténtico atentado conta el puritanismo austríaco, hasta tal extremo de que su primer propietario, el industrial Fritz Wándorfer, financiador de los Wiener Werkstatte, la tenía cubierta. Puede tener múltiples claves de lectura. El título tiene una connotación positiva, pero la atmósfera es inquietante y la misma expresión de la mujer, que se vuelve hacia el espectador, no resulta tranquilizadora. Los "demonios de la vida" (Hevesi) visibles por encima de ella son interpretables como amenazas que se cierne sobre el que ha de nacer, pero Klimt mantiene una cierta ambigüedad. Aunque la protagonista lleva una corona de flores blancas, que parecen aludir a la inocencia, tiene una espesa cabellera roja, atributo recurrente de la feminidad peligrosa con el que el pintor caracterizaba a sus sirenas. Podría referirse a la madre devoradora de sus propios hijos, tema mitológico utilizado por el psicoanálisis junguiano. Ludwig Hevesi, que conocía de cerca las ideas del artista, habla de "cuadro simbólico, moderna versión del motivo tratado por Alberto Durero en El caballero, la muerte y el diablo", una de las obras más famosas del siglo XVI alemán. Siempre crítico, como Klimt, con el conservadurismo vienes, ponía el acento en las veleidades de "emancipación general" de la época y la obra podría ser descifrada también como una protesta contra la hipocresía de la sociedad de finales del siglo XIX.
En el aspecto estilístico, anticipa el Expresionismo. Los cuadros klimtianos empiezan a cargarse de un acento oscuro; la cabeza deforme y sufriente del ángulo izquierdo se convertirá sin duda en motivo de inspiración para Egon Schiele, cuyo talento será puesto de manifiesto precisamente por Klimt.
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