Quevedo 1580- 1645 AGUJA PARA NAVEGAR CULTOS La aguja de navegar cultos con la receta para hacer soledades en un día de 1631. Satírica embestida contra los poetas que usan el lenguaje Gongoriano o culterano. Quien quisiera ser culto en un solo día La jeri aprenderá gonza siguiente: fulgores arrogar jóven presidente candor construye métrica armónica; por mucho, si no purpuracía neutralidad conculco;erige mente, pulso,estento,librar adolescente, señas, traslada, pira frustra arpía; cede, impide cisura petulante palestra, libia, meta, argento alterna, si bien disuelve émulo canoro. Use mucho de líquido y de errante, su poco de nocturno y de caverna, anden listos livor, adunco y poro, Que ya toda Castills, con solo esta cartilla se abrasa de poetas babilosos, escribiendo sonetos con fusiones; y en la Mancha, pastores y gañasos, atestadas de ajos las barrigas, hacen ya cultedades como migas. Quiero quedar bien con Quevedo. Puede darse cuenta ¡
En este blog el 19 de febrero de 2016.Vivian Maier
ResponderEliminarSin compromisos el aficionando, lo que puede dar increíbles resultados si, además, desarrolla talento para la tarea que empeña. Tal fue el caso de Vivian Maier (1926-2009), en la foto con cámara en mano, que mientras no estaba trabajando como niñera sacaba fotos a la gente que encontraba en la calle. Pero quizás el suyo no sea el mejor ejemplo del fotógrafo aficionado, como se la suele describir en las biografías, sino más bien la historia de una vocación, en algún punto desaprovechada. Porque ocurre que hay mucha fuerza en aquellos retratos que sacaba, incluso osadía en el acto de fotografía sin pedir permiso.
ResponderEliminarLa sensación que dan sus obras es de deber, como si fuesen tomadas para saciar una fuerte necesidad de satisfacer una pulsión irrefrenable, jamás de ser el resultado de un pasatiempo, de un hobby. Y sus autorretratos, para los que solía reflejarse en vidrios, espejos, hasta en su propia sombra, también muestra de esta moción: seria, como preocupada por lograr esa toma, allí estaba Maier vaya a saber uno cumpliendo con qué deseos.
Lo cierto es que esta niñera, que logró captar algunas de las maravillas y peculiaridades de la América del Norte urbana más interesante de la segunda mitad del siglo XX, cautiva al mundo con su fotografía y es considerada una de las pioneras de la street photography. Durante su vida hizo unas cien mil fotografías que nunca exhibió, que fueron descubiertas en 2007 por un historiador de Chicago, John Maloof, quien adquirió sus negativos en una subasta y aún los están revelando.
Vivian Maier pasó su infancia entre Francia y Estados Unidos, sus padres fueron refugiados judíos. Hasta que en 1951 se instaló con su madre por algunos años en Nueva York, donde comenzó a salir a la calle con su cámara Kodak Brownie y luego con una Rolleiflex de formato medio, que le permitía pasar desapercibida cuando sacaba las fotos gracias a que el visor se ubica en la parte superior. Así nunca miraba directo a las personas ni les apuntaba con la cámara, que se pone a la altura de la cintura. Sin embargo, lograr las tomas que hacía requería de cercanía con el sujeto a fotografiar (dos metros como máximo) que no era ni es fácil de hacer, teniendo en cuenta la incomodidad que genera. Pero Maier se animaba, quizás en sintonía con su colega Diane Arbus quien decía: "Siempre me pareció que la fotografía era una cosa traviesa; para mí fue uno de sus aspectos favoritos, y cuando lo hice por primera vez me sentí muy perversa".
La mayor parte de su obra, Maier la hizo en Chicago, donde fue niñera de los tres niños de una familia. En sus ratos libres fotografiaba gente frenéticamente: mujeres elegantes, niños pobres, obreros, políticos, indigentes. Todo tipo de personas fueron devoradas por su mirada, incluso por su presencia, que también quedaba muchas veces inmortalizada a través de su sombra o su reflejo en algún rincón de la foto. Captó la espontaneidad de la calle con precisión, al estilo de Henri-Cartier-Bresson; sus retratos evocan también el espíritu de Lisette Model, mientras sus composiciones se han comparado con las de Andre Kertesz. Aunque sólo se habla de la influencia que ejerció en su interés por la fotografía la figura de Jeanne Bertrand, una fotógrafa con quien convivió durante sus años en la Gran Manzana.
Vivian Maier fue una avant-garde para su época. En 1959 viajó sola a Egipto, Bangkok, Tailandia, Taiwan, Vietnam, Francia, Italia e Indonesia. Era socialista, feminista, amante del cine y del arte. Solía vestirse con sacos de hombre y un sombrero grande de paño. Para el afuera vivió una vida de soledad e incomprensión, hasta que John Maloof descubrió su tesoro y le reveló al mundo su apasionante mundo privado.
Para saber más: www.vivianmaier.com
www.lanacion.com.ar
Sandra Rossinelli
ResponderEliminarArtips editor
"La felicidad es vivir su vida al estar conscientes de su absurdo porque la conciencia nos permite un mayor control de nuestras vidas." Albert Camus