Lo que los mosaicos romanos revelan sobre el arte antiguo Mosaico de Bailarines Báquicos, Hatay, Turquía. Tiempo estimado de lectura: 6 minutos • Última actualización: 02.20.19 Los mosaicos romanos se componen de imágenes geométricas y de figuras creadas por arreglos de pequeñas piezas de piedra y vidrio. Las formas más tempranas de mosaicos grecorromanos fueron concebidas en Grecia a fines del siglo V aC Aunque los griegos refinaron el arte de los mosaicos figurativos incrustando guijarros en el mortero, los romanos ampliaron esta técnica establecida, usando teselas, cubos de piedra, cerámica, o vidrio: para formar diseños intrincados y coloridos. Hoy en día, estas obras ofrecen una imagen vívida de la antigua vida romana; un vistazo a las actividades cotidianas de una antigua civilización que incluyó concursos de gladiadores, deportes y agricultura, al mismo tiempo que sirve como documentación de artículos cotidianos como comida, ropa, herramientas y arm
Por Fabián Lebenglik
ResponderEliminarUno de los varios motivos que explican la extraña belleza de la obras de Xul es el tipo de creencias, doctrinas, religiones, sistemas, saberes y lenguas que funcionaron como fuentes del artista. Por el lado de las disciplinas, Xul se valió de la literatura, la pintura, la música y la arquitectura, entre otras.
Son los aspectos que busca señalar la exposición Xul Solar Panactivista que hoy se inaugura en el Museo Nacional de Bellas Artes, con curaduría de Cecilia Rabossi.
La exhibición, que incluye 180 obras provenientes del Museo Xul Solar-Fundación Pan Klub, MNBA, Malba, Castagnino-Macro, Colección Fortabat y colecciones privadas, está estructurada en varios núcleos: “Arte y Literatura. Amistades”, “Músico visual”, “El mundo de las lenguas”, “Espacios habitables”, “Lo místico, lo esotérico y lo oculto” y “Grafìas plastiútiles. Una escritura plástica”. Y el montaje responde a la intregalidad de la investigación curatorial, de modo que el visitante no solo puede ver la obra del artista en todas sus manifestaciones e invenciones (desde la segunda década del siglo veinte hasta comienzos de los años sesenta, poco antes de muerte) sino que puede apreciar los contextos a través de la relación entre obras, documentos, fotos, cartas, imágenes de archivo, audios y videos (se puede ver, oír y leer al artista).
En el caso del primer núcleo, por ejemplo, se muestra la interrelación con Pettoruti y con Borges, también con Marechal y las contribuciones de ida y vuelta entre Xul y el trío de amigos.
En este sentido, cada nueva exposición de sus obras explicita la amplia heterodoxia (de sus fuentes) luego reinventada por Xul y transformada de manera particular (aunque no exclusiva) en lenguaje visual y, de un modo más general, en lenguaje. Aquellas múltiples entradas y variadas fuentes subyacen en cada uno de los pequeños mundos que generan, una a una, y en conjunto, el cuerpo de obras del artista.
El pequeño formato es en este sentido una elección coherente, porque la obra de Xul condensa y miniaturiza todas esas fuentes. La obra de Xul es para ver de cerca, es para mirar como leyendo y para leer (el sonido de una neolengua): sus trabajos requieren del espectador una lectura ampliada: visual, literaria, poética, simbólica, musical, espiritual.
La exposición no sólo propone un recorrido por su pintura, sino que la excede hacia sus otras “invenciones”, para mostrar de un modo más completo la poética del artista. Entre las obras exhibidas también se incluye el panajedrez, las cartas de tarot, el piano modificado, las máscaras, sus ideas arquitectónicos, cartas astrales, cuadernos de recortes, partituras, postales, etc.
Además de su religiosidad, lo heterodoxo de la búsqueda de Xul tiene un tono fuertemente antiburgués, antimaterialista y de rechazo al dominio de la razón y del cientificismo.(...)www.pagina12.com.ar