viernes, 11 de noviembre de 2016

36 Vistas do Monte Fuji - Katsushika Hokusai

1 comentario:

  1. Los coleccionistas franceses, escritores y críticos de arte realizaron muchos viajes a Japón en los años 1870 y 1890, lo que llevó a la publicación de artículos sobre estética japonesa y la creciente distribución de láminas de la era Edo en Europa, especialmente en Francia. Entre ellos, el economista liberal Henri Cernuschi, el crítico Théodore Duret (ambos en 1871 – 1872), y el coleccionista británico William Anderson, quien vivió durante algunos años en Edo y enseñó medicina. (La colección de Anderson ha sido adquirida por el Museo Británico.) Algunos marchantes de arte japoneses posteriormente residieron en París, como Tadamasa Hayashi y Jijima Hanjuro. La Exposición Universal de París de 1878 mostró muchas piezas de arte japonés.

    Artistas y movimientos[editar]

    Van Gogh - La courtisane (según Eisen), 1887.
    Los artistas japoneses que tuvieron gran influencia fueron, entre otros, Utamaro y Hokusai. Curiosamente, mientras el arte japonés se hacía popular en Europa, al mismo tiempo, la bunmeikaika (文明開化, «Occidentalización») llevó a una pérdida de prestigio para esas estampas en Japón.

    Entre los artistas que se vieron influidos por el arte japonés estuvieron Manet, Pierre Bonnard, Henri de Toulouse-Lautrec, Mary Cassatt, Degas, Renoir, James McNeill Whistler (Rosa y plata: La princesa del país de la porcelana, 1863-64), Monet, van Gogh, Camille Pissarro, Paul Gauguin, y Klimt. Algunos artistas, tales como Georges Ferdinand Bigot, incluso se mudaron a Japón debido a su fascinación con el arte japonés.

    Aunque se recibió la influencia en todo tipo de medios artísticos, influyó sobre todo en la ilustración, sin que ello sea sorprendente, aunque la litografía, no la xilografía, fue el medio más popular. Las láminas y carteles de Toulouse-Lautrec apenas pueden imaginarse sin la influencia japonesa. No fue hasta Félix Vallotton y Paul Gaugin que la propia xilografía se usó mucho para obras a la japonesa, y entonces, en su mayor parte, en blanco y negro.

    Whistler fue importante a la hora de introducir en Inglaterra el arte japonés. Se le reconoció a París el centro de todo lo japonés, y Whistler adquirió una buena colección durante su estancia allí.

    Varias pinturas de Van Gogh imitan el estilo y los temas ukiyo-e. Por ejemplo, Le Père Tanguy, el retrato del propietario de una tienda de material artístico, muestra seis diferentes ukiyo-e en la escena del fondo. Pintó La cortesana en 1887 después de encontrar un ukiyo-e de Kesai Eisen en la portada de la revista Paris Illustré en 1886. En esta época, en Amberes, ya estaba coleccionando estampas japonesas.

    En términos musicales, puede decirse que Giacomo Puccini usó el Japonismo en Madama Butterfly, y más tarde en Turandot. La opereta de Gilbert and Sullivan El Mikado se inspiró por la exposición japonesa en Knightsbridge, Londres.

    Ukiyo-e, con sus líneas curvadas, superficies de patrón y vacíos en contraste, y el carácter llano de su plano pictórico, también inspiraron al modernismo. Algunos patrones de líneas y curvas se convirtieron en clichés gráficos que más tarde se encontraron en las obras de artistas de todo el mundo. Estas formas y bloques planos de color fueron los precursores del arte abstracto.


    Van Gogh - Retrato de Pere Tanguy
    Ejemplo de influencia ukiyo-e en el Arte Occidental.
    El japonismo implicó también la adopción de elementos japoneses en o estilo en todas las artes aplicadas, desde el mobiliario a los tejidos, pasando por la joyería o el diseño gráfico.

    es.wikipedia.org

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