La mayoría de las representaciones de avestruces muestran al macho en actitud de cortejo: el cuello erguido, las patas flexionadas y las alas bajas y semiabiertas. La línea serpenteante que sale del pico representaría el sonido que emite el macho en celo y la cruz que muchas veces aparece en el interior del cuerpo, la partición del universo en los puntos cardinales. Gran parte de las imágenes desarrolladas por esta cultura llegan hoy a nosotros integradas al diseño de objetos de la vida cotidiana, tales como piezas de cerámica, elementos textiles, indumentaria, etcétera. La principal temática de las imágenes está relacionada con la naturaleza, especialmente el mundo animal. En ellas se combina la estilización de las formas naturales con elementos geométricos. Generalmente estas formas encierran diferentes significaciones vinculadas a la religión y las creencias. Lamentablemente, en nuestro país se han perdido o destruido los códices que permitirían su desciframiento, ya que los conqu...
La muestra es llamada ''La cime du rêve'' (''La cima del sueño'')
ResponderEliminarEl lado más surrealista de Víctor Hugo es mostrado en París a través de una exposición del autor y otros más
PARÍS, FRANCIA (23/NOV/2013).- París desvela el aspecto más surrealista de Víctor Hugo a través de una exposición en la que dibujos del autor se mezclan y confunden con los de los seguidores de ese movimiento artístico, como Óscar Dominguez o Max Ernst.
La Casa de Víctor Hugo exhibe hasta mediados de febrero "La cime du rêve" ("La cima del sueño"), en la que una cincuentena de dibujos del autor de "Los Miserables" se yuxtaponen con los de genios del surrealismo siguiendo un recorrido temático a través de los castillos, la naturaleza, el amor, el bestiario o los jeroglíficos.
El también poeta (1802-1885) aprendido de memoria en el colegio por los franceses se aleja hasta estar en las antípodas de otro Víctor Hugo, recuperado por los surrealistas en su manifiesto de 1924 cuando André Breton sentenció: "Hugo es surrealista cuando no es tonto".
"Los surrealistas adoraban los panteones, les encantaba rendir homenaje a pintores o escritores que les gustaban mucho y de los que pensaban que, de algún modo, estaban en el origen del movimiento surrealista", de modo que Víctor Hugo se situó en este particular Olimpo junto a Rimbaud, Lautréamont o Apollinaire, explicó Gille.
También hubo ciertos aspectos del genio que los jóvenes surrealistas (que estaban en la veintena hacia 1920) no aceptaron del todo, pues según señaló Gille, Hugo representaba al poeta con mayúsculas, al "poeta monstruoso, el escritor profesional comprometido".
Los seguidores de este movimiento dejaron, por tanto, de lado al escritor académico y buscaron en su poesía y su obra gráfica lo extraño, que es "de una libertad totalmente increíble que no corresponde a la imagen que se tenía entonces de Hugo", prosiguió el comisario.
Entonces los dibujos del poeta eran totalmente desconocidos y, según destacó Gille, "es precisamente ese Víctor Hugo un poco desplazado, ignorado, dado de lado por la familia y por el mundo universitario, el que quisieron destacar".
El comisario explicó que el literato, que dibujó desde muy joven, no encontraba límites ni presiones en este modo de expresión puesto que él se sentía escritor y encontraba en la ilustración "una especie de recreación, un terreno de juego y experimentación".
Aunque Víctor Hugo no utilizó nunca más que el dibujo a pluma y la aguada a tinta, empleaba todo tipo de trucos y juegos, a veces de tipo infantil, como darle la vuelta a la pluma para redistribuir la tinta con el lado suave.
Aún llega más lejos lanzando tinta u otros líquidos, como té, sobre todo tipo de superficies para crear manchas "en las que busca otra realidad más allá de la visible" y en las que a veces añade elementos para fortalecer esa otra realidad que está más allá de la perceptible a primera vista.
"Hay teóricos que dicen que se trata del nacimiento de la abstracción, pero no estoy seguro de que Hugo hubiese comprendido y admitido eso", subrayó Gille.
El autor reduce a la mínima expresión los detalles de sus marinas y castillos, convertidos en ensoñaciones, como la imagen de Notre Dame, tan alejada del detalle de su obra literaria como cerca se encuentran el dibujo que hace de un águila y el ave que Max Ernst titula "L'origine de la pendule" ("El origen del péndulo").
Mención aparte merece la "Tête de diable" ("Cabeza de diablo"), una aguada de tinta y dibujo a pluma sobre papel, conservada por Pablo Picasso en su colección personal y que en el entorno de una mancha difusa deja ver un rostro inquietante.
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