Lo que los mosaicos romanos revelan sobre el arte antiguo Mosaico de Bailarines Báquicos, Hatay, Turquía. Tiempo estimado de lectura: 6 minutos • Última actualización: 02.20.19 Los mosaicos romanos se componen de imágenes geométricas y de figuras creadas por arreglos de pequeñas piezas de piedra y vidrio. Las formas más tempranas de mosaicos grecorromanos fueron concebidas en Grecia a fines del siglo V aC Aunque los griegos refinaron el arte de los mosaicos figurativos incrustando guijarros en el mortero, los romanos ampliaron esta técnica establecida, usando teselas, cubos de piedra, cerámica, o vidrio: para formar diseños intrincados y coloridos. Hoy en día, estas obras ofrecen una imagen vívida de la antigua vida romana; un vistazo a las actividades cotidianas de una antigua civilización que incluyó concursos de gladiadores, deportes y agricultura, al mismo tiempo que sirve como documentación de artículos cotidianos com...
Henri Rivière, grabador y litógrafo
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Henri Rivière
Madame Rivière en el balcón del apartamento del 29, boulevard de Clichy
© ADAGP, Paris © Musée d'Orsay, dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
Extraordinariamente apreciado al otro lado del Atlántico y saludado por todos los especialistas del grabado sobre madera como un maestro sin igual, Henri Rivière (1864-1951) es poco conocido del público francés. Al margen del impresionismo y del japonismo, fue un autodidacta indiferente a las modas, técnico prodigioso e infatigable, ávido de perfección pero modesto y discreto.
Cliente asiduo del cabaré del Chat Noir, frecuentaba a Degas y fue el litógrafo más apreciado del impresor Verneau. Logró reunir una de las más interesantes colecciones parisienses de objetos de Extremo Oriente. Sin embargo, nada de eso tenía importancia a sus ojos, comparado con su incesante meditación poética sobre la naturaleza, el amor por su esposa y su amistad por algunos amigos selectos. Ello justificaba las largas horas que pasaba pintando a la acuarela los paisajes de Bretaña, cuya belleza salvaje sabía expresar. Los colores emotivos de las láminas litografiadas de la "Región Azul de Bretaña" que preparó a su regreso a París, o la elección de las tonalidades suaves y translúcidas de los grabados sobre madera de los "Paisajes bretones" revelan a un artista de sorprendente factura.
En la obra de Rivière, todo respira la simplicidad, la "ingenuidad sublime", la intransigencia del mundo de la infancia, la fe (sin religiosidad) en la naturaleza, fuente eterna de inspiración. Tal vez radique allí el secreto de un artista que vivía fuera de su tiempo, como indiferente al éxito y a las mundanidades.
Comisaria de la exposición
François Fossier, conservador del departamento de Estampas de la Fotografía de la Biblioteca nacional, Françoise Heilbrun, conservadora jefe del Museo de Orsay, y Philippe Néagu, conservador del Museo de Orsay
www.musee-orsay.fr