Quevedo 1580- 1645 AGUJA PARA NAVEGAR CULTOS La aguja de navegar cultos con la receta para hacer soledades en un día de 1631. Satírica embestida contra los poetas que usan el lenguaje Gongoriano o culterano. Quien quisiera ser culto en un solo día La jeri aprenderá gonza siguiente: fulgores arrogar jóven presidente candor construye métrica armónica; por mucho, si no purpuracía neutralidad conculco;erige mente, pulso,estento,librar adolescente, señas, traslada, pira frustra arpía; cede, impide cisura petulante palestra, libia, meta, argento alterna, si bien disuelve émulo canoro. Use mucho de líquido y de errante, su poco de nocturno y de caverna, anden listos livor, adunco y poro, Que ya toda Castills, con solo esta cartilla se abrasa de poetas babilosos, escribiendo sonetos con fusiones; y en la Mancha, pastores y gañasos, atestadas de ajos las barrigas, hacen ya cultedades como migas. Quiero quedar bien con Quevedo. Puede darse cuenta ¡
Muchos son los pintores que nos han ofrecido, a través de sus cuadros, una crónica social de la Bélle Époque, pero pocos lo hicieron de una manera tan íntima y cercana como el italiano Giovanni Boldini. Junto con el inglés John Singer Sargent, Boldini nos aporta un vivo reflejo de la alta sociedad parisina y europea de finales del siglo XIX y principios del XX. Sus numerosos retratos de elegantes damas inmersas en lujosos escenarios constituyen una buena prueba de ello.
ResponderEliminarGiovanni Boldini nace en la ciudad italiana de Ferrara en 1845, y es en dicha ciudad donde comienza sus estudios artísticos en el Palazzo dei Diamanti. Posteriormente, se traslada a Florencia en 1864 para ingresar en la Accademia delle Belle Arti, donde entra en contacto con los macchiaioli, aquel grupo de pintores italianos que se adelantaron diez años a las formas impresionistas..
Boldini pisa Francia por primera vez en 1867 en un viaje sufragado por los Falconer, familia para la que había trabajado decorando su villa en la Toscana. Tras una estancia en Montecarlo, donde se afianza como maestro retratista, viaja a París en junio de con motivo de la Exposición Universal. Es en este primer viaje cuando conoce a algunas de las más grandes personalidades de la esfera artística del momento: Degas, Manet o Sisley.
En 1870 se instala en Londres, donde descubre la fuerte personalidad del retrato inglés del siglo XVIII, admirando las obras de Reynolds y Gainsborough. Pero Londres no convence a nuestro pintor, por lo que en octubre de ese mismo año decide trasladarse definitivamente a París, la gran capital del mundo por aquel momento. Es aquí cuando comienza el Giovanni Boldini que años más tarde pasaría a la historia por sus elegantes y singulares retratos. Su éxito en el Salón de 1879 le daría la fama que necesitaba para convertirse en el pintor de moda entre la élite cosmopolita.
Si Toulouse-Lautrec nos va a mostrar en sus obras al París bohemio, Boldini hará lo propio con el París más refinado. El primero lo hará mediante visiones de conjunto enmarcadas en los escenarios más frecuentados del momento; el segundo a través del retrato. Dos genios y dos caras de una misma época.
Por los pinceles de Giovanni Boldini pasaron algunas de las más reconocidas personalidades de la aristocracia del momento, así como del mundo artístico y literario del que se rodeaba. No obstante, antes de adentrarnos en las características formales del pintor que nos ocupa, debemos hacernos una serie de cuestiones fundamentales: ¿Cómo se comportaba esa alta sociedad de la Bélle Epoque parisina y europea? Y, sobre todo, ¿qué lugar ocupa el retrato dentro de ese entramado de pautas sociales?
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ResponderEliminarDaniel Vizcaíno Ruiz