Durante la Segunda Guerra Mundial, el último propietario, Solange Beaugiron, huyó de las tropas alemanas para ganar el sur de Francia. Al salir, ella salió de su apartamento para no volver jamás. Pagar las facturas hasta su muerte, dejó el agente judicial encargado de inventario, el placer de hacer este salto en el tiempo.
En este extraño lugar salpicado de juguetes antiguos, madera vieja y chinesca de edad, el hombre se encuentra en la sala de estar una pintura previamente desconocido. Es una obra maestra del pintor Giovanni Boldini, popular en el siglo XIX.
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Muchos son los pintores que nos han ofrecido, a través de sus cuadros, una crónica social de la Bélle Époque, pero pocos lo hicieron de una manera tan íntima y cercana como el italiano Giovanni Boldini. Junto con el inglés John Singer Sargent, Boldini nos aporta un vivo reflejo de la alta sociedad parisina y europea de finales del siglo XIX y principios del XX. Sus numerosos retratos de elegantes damas inmersas en lujosos escenarios constituyen una buena prueba de ello.
ResponderEliminarGiovanni Boldini nace en la ciudad italiana de Ferrara en 1845, y es en dicha ciudad donde comienza sus estudios artísticos en el Palazzo dei Diamanti. Posteriormente, se traslada a Florencia en 1864 para ingresar en la Accademia delle Belle Arti, donde entra en contacto con los macchiaioli, aquel grupo de pintores italianos que se adelantaron diez años a las formas impresionistas..
Boldini pisa Francia por primera vez en 1867 en un viaje sufragado por los Falconer, familia para la que había trabajado decorando su villa en la Toscana. Tras una estancia en Montecarlo, donde se afianza como maestro retratista, viaja a París en junio de con motivo de la Exposición Universal. Es en este primer viaje cuando conoce a algunas de las más grandes personalidades de la esfera artística del momento: Degas, Manet o Sisley.
En 1870 se instala en Londres, donde descubre la fuerte personalidad del retrato inglés del siglo XVIII, admirando las obras de Reynolds y Gainsborough. Pero Londres no convence a nuestro pintor, por lo que en octubre de ese mismo año decide trasladarse definitivamente a París, la gran capital del mundo por aquel momento. Es aquí cuando comienza el Giovanni Boldini que años más tarde pasaría a la historia por sus elegantes y singulares retratos. Su éxito en el Salón de 1879 le daría la fama que necesitaba para convertirse en el pintor de moda entre la élite cosmopolita.
Si Toulouse-Lautrec nos va a mostrar en sus obras al París bohemio, Boldini hará lo propio con el París más refinado. El primero lo hará mediante visiones de conjunto enmarcadas en los escenarios más frecuentados del momento; el segundo a través del retrato. Dos genios y dos caras de una misma época.
Por los pinceles de Giovanni Boldini pasaron algunas de las más reconocidas personalidades de la aristocracia del momento, así como del mundo artístico y literario del que se rodeaba. No obstante, antes de adentrarnos en las características formales del pintor que nos ocupa, debemos hacernos una serie de cuestiones fundamentales: ¿Cómo se comportaba esa alta sociedad de la Bélle Epoque parisina y europea? Y, sobre todo, ¿qué lugar ocupa el retrato dentro de ese entramado de pautas sociales?
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ResponderEliminarDaniel Vizcaíno Ruiz