Lo que los mosaicos romanos revelan sobre el arte antiguo Mosaico de Bailarines Báquicos, Hatay, Turquía. Tiempo estimado de lectura: 6 minutos • Última actualización: 02.20.19 Los mosaicos romanos se componen de imágenes geométricas y de figuras creadas por arreglos de pequeñas piezas de piedra y vidrio. Las formas más tempranas de mosaicos grecorromanos fueron concebidas en Grecia a fines del siglo V aC Aunque los griegos refinaron el arte de los mosaicos figurativos incrustando guijarros en el mortero, los romanos ampliaron esta técnica establecida, usando teselas, cubos de piedra, cerámica, o vidrio: para formar diseños intrincados y coloridos. Hoy en día, estas obras ofrecen una imagen vívida de la antigua vida romana; un vistazo a las actividades cotidianas de una antigua civilización que incluyó concursos de gladiadores, deportes y agricultura, al mismo tiempo que sirve como documentación de artículos cotidianos como comida, ropa, herramientas y arm
(París, 1733-1808). Pintor, grabador y dibujante francés. Introductor del género de la pintura de ruinas en Francia. Se considera al escultor Michel-Ange Slodtz el primer profesor de Hubert. Acompañando al conde de Stainville, viajó en 1754 a Italia, donde permaneció los siguientes once años, siendo desde 1759 pensionista de la Academia de Francia. Conoció a Giovanni Paolo Panini y a Giovanni Battista Piranesi, que dejaron una huella decisiva en él. Inspirándose en sus vedute y estudiando a fondo los principios de la Antigüedad clásica, Robert se especializó en la pintura de ruinas y vistas arquitectónicas. En sus escenas, mezcla de realidad y de imaginación, el pintor francés sigue las perspectivas espectaculares de Panini y Piranesi para realzar la fastuosidad grandilocuente de la Antigüedad, evocando un mundo idílico desaparecido. A partir de 1759 trabó amistad con Jean-Honoré Fragonard, con quien emprendió un viaje a Nápoles, Roma y Tívoli. Durante el periplo dibujó incansablemente y realizó excelentes paisajes. En Roma contactó con el crítico de arte Claude Henri Watelet, que le transmitió su admiración por el jardín inglés, lo que dejaría huella en su posterior actividad como arquitecto de jardines. Regresó a Francia en 1765 y recurrió a los apuntes traídos de Italia, repitiendo en los siguientes años composiciones inspiradas en el mundo clásico y moderno, donde la arquitectura o las ruinas describen escenas quiméricas y fantasiosas, como pueden ser los capriccie arquitectónicos, donde Robert combina, como Panini, en una composición vestigios de la Antigüedad o de la arquitectura de distintas procedencias en una imagen imposible. También crea situaciones coetáneas y reales, que alaban la grandeza del pasado, arruinada por el tiempo y por los hombres, que despojan, como en el cuadro del Museo del Prado, el Coliseo de sus materiales. En 1766 Robert es admitido en la Academia parisina, compaginando su labor con la de diseñador de jardines. Es, por ejemplo, autor de la famosa isla-tumba de Rousseau en Ermenonville y diseñador de la fuente de Apolo en Versalles. En 1778 es nombrado Dessinateur des jardins du Roi y a partir de 1784 ocupa el cargo de Gardien des tableaux du Roi. Durante la Revolución francesa, fue encarcelado desde 1793 hasta 1794.
ResponderEliminarOBRAS
El Coliseo de Roma, óleo sobre lienzo, 240 x 225 cm, 1780 - 1790 [P02883]
Personaje dibujando unas ruinas, sanguina sobre papel amarillento, 240 x 375 mm [D2574]
Estudio de palacio con figuras, acuarela y aguada sobre papel amarillento, 225 x 332 mm [D2617]
Interior de un templo, aguada y pluma sobre papel amarillento, 405 x 550 mm [D3208]
BIBLIOGRAFÍA
Cayeux, Jean de, Hubert Robert et les jardins, París, Herscher, 1987.
Cayeux, Jean de, y Boulot, Catherine, Hubert Robert, París, Fayard, 1989.
Radisch, Paula Rea, Hubert Robert. Painted Spaces of Enlightenment, Cambridge, Cambridge University Press, 1988.
J. H. Fragonard e H. Robert à Roma, cat. exp., Roma, Académie de France, 1990.
Corboz, André, Peinture militante et architecture révolutionnaire. À propos du thème du tunnel chez Hubert Robert, Basilea-Stuttgart, Birkhäuser, 1978.
www.museodelprado.es