viernes, 10 de febrero de 2017

La pincelada única · ZHU ROUJI (SHITAO)

2 comentarios:

  1. El trazo y la pincelada en el arte chino[editar]

    Primavera reciente (1072), de Guo Xi, Museo Nacional del Palacio, Taipéi.
    Es cierto que la poesía, pintura y caligrafía representan todas ellas a través del pincel, la esencia misma del pensamiento artístico taoísta, pero no hay que olvidar que incluso estas artes sublimes tuvieron su función social, su jerarquización y en consecuencia participaron del pensamiento confuciano.

    Estas eran el arte con mayúsculas, reservado a una clase intelectual formada en los clásicos, y la tradición, donde se reconocía y valoraba al artista y la obra de arte en su unidad y no como producto social. Desde la primera escritura tratada artísticamente y convertida en arte de la caligrafía por Wang Xizhi en el siglo IV d.C. hasta los últimos heterodoxos de la Dinastía Qing, los pintores Zhuda y Shitao, la caligrafía, pintura y poesía han estado unidas en unos mismos principios técnicos y estéticos.

    Los instrumentos básicos -tinta, papel, pincel y tintero-,la formación clásica, y la búsqueda del ritmo, espontaneidad y expresividad basados en el trazo, la pincelada y el vacío han sido los elementos comunes a partir de los cuales se han desarrollado diacrónicamente a lo largo de los siglos.

    La palabra, el carácter es considerado como una imagen, como la abstracción de una idea y concepto, y la imagen pictórica en la que se reconoce tanto a un carácter como a un paisaje se lee como una palabra, fusionándose así el pensamiento artístico en poesía-caligrafía-pintura.en.wikipedia.org

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  2. en chino la expresión montaña-agua 山水 significa por extensión paisaje, y la pintura paisajística se denomina con ese nombre. La montaña y el agua constituyen los dos polos de la naturaleza. Como siempre hay una frase de Confucio que viene al caso: el hombre de corazón se encanta con la montaña; el hombre de entendimiento disfruta del agua. La montaña es contemplativa, el mar argumentativo. El gran pintor del sigo XVII Shitao decía que el mar posee el desencadenamiento inmenso, engulle y vomita, la montaña el encierro latente, se posterna e inclina. No se trata de un simple simbolismo naturalista, sino que a través de estas correspondencias el individuo puede descubrirse a sí mismo. Las figuras exteriores son una representación del mundo interior y el hombre busca una imagen especular que lo unifique, y que además tienda o incluya ese algo más que constituye su misterio. Por eso los cuadros nos parecerían aquí inacabados, y en ellos el vacío será estructural. Decía Wang Wei“la cúspide de una torre se pierde en el cielo, y su base debe permanecer invisible. Las cosas deben de estar a la vez presentes y ausentes” Cuando la montaña está demasiado llena hay que vaciarla con bruma y humo, cuando está demasiado vacía hay que llenarla añadiendo pabellones y terrazas. Por eso, François Cheng en su estudio sobre la pintura china La plenitud y el vacío (será posible que no haya hablado hasta ahora de este libro en el blogg?) nos explica que se distinguen dentro de la tinta negra, seis especies diferentes, consideradas colores independientes, y existen también otros cuantos tipos distintos de pinceladas que serán capaces de crear tales sutilidades. Durante la dinastía Tang se empiezan a inscribir en el espacio blanco del cuadro, normalmente el cielo, poemas caligrafiados. No son simples agregados. Cheng dice que la escritura, que además al ser china es visual, introduce la dimensión del tiempo en esa representación del espacio de tres dimensiones: el poemarelata una experiencia vivida, revela el pensamiento del pintor al pintar el cuadro, el eco que lo suscita. Permite que el hombre a través de las palabras, aun cuando no esté representado en el paisaje, marque su presencia dentro del cielo-tierra, su dimensión simbólica. La pincelada es el elemento que unifica toda dialéctica, trascendiendo a todo conflicto entre dibujo y color, lleno y vacío, hombre y paisaje, y está íntimamente relacionada con el li 理del queya habíamos hablado, la nervadura interna de las cosas. A partir del siglo IV la pintura china ya se había convertido en el arte de la pincelada, al encontrarse ésta en profunda concordancia con su concepción del universo.”Convencido de que en la naturaleza la corriente del dao recorre las colinas, las rocas, los árboles, los ríos, y de que las venas de dragón ondulan a través del paisaje, el pintor a la par que recrea las realidad, da rienda suelta a los influjos que animan su ser” Shitao pintó incansablemente la naturaleza: montañas, ríos, piedras, árboles, legumbres y frutas, la luz de las estaciones pero el elemento que más le interesó fueron las flores. De todas ellas, narcisos, peonías, crisantemos, orquídeas, loto, almendro… la flor de ciruelo fue la que más pintó y la que ocupó un lugar más importante en su obra. Se identificó hasta tal punto con ellas que entre los numerosos seudónimos que utilizó, estaba el de Ermitaño de las Flores de Ciruelo. Lacan y Francois Cheng, el 11 de enero de 2012 en este blog.

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