jueves, 2 de febrero de 2017

le portrait : Brigitte Bardot - Karambolage - ARTE

2 comentarios:

  1. Carambola 417 - 29 de enero 2017

    Esta semana: Felicitas Negro nos habla de las mujeres embarazadas Essgelüsten a ambos lados del Rin; Lo que los alemanes y los franceses dicen que cuando se sienten; Hajo Kruse explora las múltiples facetas del mito francesa Brigitte Bardot; y por supuesto los puzzles.sites.arte.karambolage

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  2. (...)La manera en que utilizaba su cuerpo también rompió con los almidonados códigos de la época. A fines de los ’50, mientras que el resto de las actrices francesas sólo se dejaba ver bajo pesadas capas de maquillaje y enfundadas en pieles de zorro, B.B. aparecía con polleras Vichy y alpargatas, o directamente desnuda. Aunque jamás se definió como feminista –la cuestión de la mujer nunca le interesó demasiado–, Simone De Beauvoir la eligió como el tópico de uno de sus ensayos, Brigitte Bardot y el síndrome de Lolita, donde la definió como un modelo de mujer liberada. “Bardot no se preocupa en lo más mínimo por la opinión de los otros. No tiene ninguna demanda a formular (...) Sigue sus impulsos. Come cuando tiene hambre, y se enamora con la misma simplicidad, sin ceremonia. El deseo y el placer son para ella más convincentes que los preceptos y las convenciones (...) Hace lo que quiere, y es eso lo que perturba”, escribió la autora de El Segundo Sexo a fines de los ’50. Generosa con sus palabras, al igual que millones de hombres, De Beauvoir no sería indiferente al influjo de esta gatita sexy que escandalizaba a los Estados Unidos, donde enseguida se hizo famosa. “La línea de sus labios forma una mueca infantil y, al mismo tiempo, sus labios son muy deseables. Rechaza la ropa elegante, las joyas, perfumes y maquillaje, y todo artificio. Sin embargo, su andar es lascivo y un santo vendería su alma sólo para verla bailar”, se lee en el famoso ensayo. Marguerite Duras y Jean Cocteau también se detendrían a poner en palabras la magia de esta mujer que no temía desafiar el virtuosismo que toda dama debía enarbolar. “Madame está ocupada haciendo el amor”, dicen que le contestó la mucama de B.B. a un periodista que quería hablar con la actriz.

    “Vas a ser el fantasma inaccesible de todos los hombres casados”, vaticinó su primer marido, Roger Vadim. Tuvo razón: los que llevan la cuenta aseguran que los amantes conocidos de Bardot suman 42. Sólo se casó con cuatro de ellos, pero ninguno habló mal de ella luego de la ruptura. Con Serge Gainsbourg no llegó al registro civil, pero cuando se oficializó el romance, el autor de “Lemon incest” no podía creer que él, el hombre más feo del mundo, estuviera con la más bella de todas. Enseguida le compuso una canción, “Je t’aime, moi non plus”, que más tarde grabaron en un estudio. Era una canción que destilaba sensualidad en cada nota, y Bardot, que para entonces ya estaba casada con el millonario Gunther Sachs, tuvo, por primera vez, miedo al qué dirán y le pidió que no la difundiera. Caballero, Gainsbourg respetó su deseo y grabó otra versión con Jane Birkin, la futura madre de su hija Charlotte. Corría el año ’69 y los 4 minutos de esta canción escandalizaron al Vaticano, que pidió que se la prohibiera. Cuando escuchó la versión de Serge y Jane, B.B. se quiso matar, confiesa ella misma en su autobiografía. Y maldijo su cobardía, que hizo que fuera Birkin y no ella la que aprovecharía la gloria de esta célebre canción.(...)
    www.pagina12.com.ar 8 de enero de 2010-Milagros Belgrano Rawson

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