Pintor Julio Romero de Torres, leyenda de pasión y fatalidad (1874-1930)

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  1. Mi intención fue tomar artistas que presentaron en la muestra "El espejo simbolista", vídeo riquísimo que subí en el día de ayer. Y tomar artistas que no estuvieran representados en este blog. Es el caso de Saturnino Herrán, mexicano y de Julio Romero Torres, español. Bien vale, un diálogo de sus obras.
    La relación del Simbolismo con la literatura, la música y sobre todo el psicoanálisis. Pensé en "En busca del tiempo perdido" de Proust, en un afán por recuperar el valor de la mujer,de nostalgia, ya que la deriva que afectó al arte de nuestro tiempo,es un cierto desorden.
    La irracionalidad que parece que los artistas simbolistas querían que aflorase, se trataba de lo que Freud denominó el Trieb, el instinto, más tarde pulsión y Lacan denominó "Deriva".
    Decía la deriva hacia un reemplazo de las palabras, lo que el pintor polaco denomina Frenesí o, ex-tasis, se ha convertido en amor por el dinero que demuestra la potencia del pensamiento inmanente a la ,materialidad. La modernidad pictórica está desligada del lenguaje expresivo. Y, la música ya es dodecafónica y en algunos casos ruidos.Se desdibuja la frontera entre el arte y el no arte.
    La tecnología que hoy vivimos resulta hipnótica y fascinante por un lado y ya resulta demasiado compleja para nuestro entendimiento e imaginación. Por el otro es una red global de control y poder ya que somos escuchado a través de un horno electrónico, ¡Socorro! Es más bien una paranoia super-tecnológica.
    "Los circuitos y redes de una conexión informática global son movilizadas por las conspiraciones laberínticas de una serie de agencias informáticas, pero. sin embargo entrelazadas, que compiten a muerte entre sí, en lo que se supone una complejidad narrativa que excede las capacidades lectoras de la mente promedio".(...)
    una realidad enorme y amenazante, si bien perceptible, que lo sublime y posmoderno".Jameson, Posmodernismo-La lógica cultura del capitalismo avanzado.

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  2. María Teresa López fue una de las modelos más famosas de Julio Romero de Torres. Vivió toda su vida desmintiendo ser la amante del pintor, para quien comenzó a posar cuando aún era una niña. La protagonista de «La chiquita piconera» era hija de un matrimonio cordobés que emigró a Argentina, regresando cuando ella contaba con siete años de edad. Vivían cerca de la residencia de Romero de Torres, quien no tardó en sentirse atraído por su esbelta figura, sus grandes ojos y su negra melena. La imagen de María Teresa López como «La chiquita piconera» ilustró los billetes de cien pesetas entre 1953 y 1978. Falleció en 2003 a los 89 años.

    sevilla.abc.es

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