RINEKE DIJSTRA - PREMIO HASSELBLAD 2017
Rineke Dijkstra es la ganadora del Premio Internacional de Fotografía de la Fundación Hasselblad en su edición 2017 y acreedora del premio de un millón de coronas suecas (aproximadamente 100 mil euros). El galardón se entregará en una ceremonia a celebrar en Gotemburgo (Suecia) el próximo mes de octubre, cuando también se realizará un simposio en honor a la premiada y, acto seguido, se inaugurará una exposición sobre su obra y se presentará el libro “Rineke Dijkstra - Premio Hasselblad 2017”.
“Rineke Dijkstra es una de los artistas contemporáneas más significativas entre las que se dedican al retrato fotográfico. Sus fotografías a gran escala se centran en las temáticas de la identidad, con retratos de sujetos que se encuentran en momentos de transición o vulnerabilidad. Las series de fotografías de Rineke Dijkstra recuerdan la agudeza visual del retrato holandés del siglo XVII, ofreciendo retratos íntimos de sus personajes que reflejan perfectamente su personalidad”, según comenta el jurado que ha fallado el premio, formado por la Junta Directiva de la Fundación Hasselblad, todo ellos personalidades del mundo de la fotografía.
En concreto, Christina Backman, Directora General de la Fundación Hasselblad, afirma que la fotógrafa ganadora “ha desarrollado una impresionante obra centrada exclusivamente en el retrato. Sus profundos estudios sobre la transformación de los jóvenes en adultos son cautivadores. Además, estamos orgullosos de que Rineke Dijkstra sea la primera receptora del Premio Hasselblad de nacionalidad holandesa”.
Sobre la autora
Durante los últimos treinta años, Rineke Dijkstra (Sittard, Holanda, 1959) se ha establecido como una de las artistas más prominentes y de renombre internacional que trabajan dentro del género del retrato fotográfico. Sus fotografías de gran formato se centran a menudo en niños, adolescentes y adultos jóvenes, ofreciendo sutiles retratos que exploran en el territorio de la formación del sujeto y la representación de su identidad.
Entre sus primeros trabajos, de comienzos de los años noventa, se encuentra una serie de fotografías que mostraban a las madres con sus recién nacidos momentos después del parto, así como retratos de toreros justo después de abandonar el ruedo. En estas obras, Rineke Dijkstra apuntaba a capturar emociones contradictorias (entre el agotamiento, la alegría, el miedo y el alivio) experimentadas por sujetos sometidos a circunstancias extremas.
Fue un poco después con su proyecto ‘Retratos de la playa’ (1992-2002) cuando empezó a centrarse en retratos de niños y adolescentes en playas de Europa y los EEUU mostrando de forma conmovedora su vulnerabilidad en la siempre difícil transición de la niñez a la adolescencia.
Una característica notable de la obra de Rineke Dijkstra son sus proyectos a largo plazo, que la llevan a fotografiar a las mismas personas durante varios años, atestiguando los cambios producidos en ella con el paso del tiempo así como los rasgos distintivos de su personalidad. Es el caso de Almerisa Sehric, una niña bosnia de seis años que encontró en 1994 en un centro de refugiados holandés y que Rineke ha continuado fotografiando cada pocos años. Así, ha documentado cómo fue cambiando durante la adolescencia y como, ya adulta, se ha convertido en madre y se ha adaptado a la cultura holandesa.
La obra de Rineke Dijkstra se ha publicado en diversos libros y ha sido expuesta, entre otros, en el Solomon R. Guggenheim Museum (Nueva York) y en el Museo de Arte Moderno de San Francisco. Y sin duda haber sido acreedora del prestigioso Hasselblad Award 2017 va a ser algo que le otorge aún más popularidad.
Más información | Hasselblad ÓSCAR CONDE@horkarxataka
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Foto de portada | Vondelpark Amsterdam June 10, 2005 © Rineke
Rineke Dijkstra, veo a una mujer llorando (Mujer llorando), Tate Liverpool © Rineke Dijkstra - Cortesía del artista y Marian Goodman Gallery
ResponderEliminarSu trabajo sutil y sorprendente toma la forma de-grandes escalas fotografías o videos hipnóticas, que captan la fragilidad de la metamorfosis corporales (como se ve en adolescentes en la playa) o el esfuerzo físico (como se ve en las mujeres después de dar a luz y matadores después de las corridas de toros). Sus imágenes por lo general cuentan con composiciones simples, frontales, y ponen de manifiesto la vulnerabilidad de sus modelos. Paradójicamente, la experiencia única del espectador da lugar a una visión universal que es a la vez monumental y vibrante. Veo una mujer llorando ( Mujer llorando ) se produjo a raíz de una invitación de la Tate Liverpool para trabajar con los estudiantes de la escuela local. La instalación cuenta con tres retratos en video, filmado desde tres ángulos diferentes, de nueve adolescentes viendo mujeres llorando de 1937 retrato de Dora Maar de Picasso. Inspirado por el ritual de la escuela visitas a museos, Dijkstra registró el habla y las emociones de los jóvenes espectadores. Durante la duración del video de 12 minutos, la obra, dejó fuera de la pantalla, sólo existe a través de sus caras y voces. De la misma manera que los ángulos de trama y los movimientos de cámara - incluyendo primeros planos y doble-ups) - mostrar esta confrontación de una manera dinámica, la banda sonora registra sus paradas y arranques. Si opta por no filmar Mujer llorando, Dijkstra sustituye palabras para imágenes. Ella impone su propia visión hablado, sensorial, crítica y fundamentalmente humana de la pintura en los espectadores. Veo una mujer llorando es a la vez un retrato de grupo y una reflexión sobre el arte del retrato. Vívidamente representa la forma en que se recibe la obra de Picasso, y su relevancia en la sociedad actual.