miércoles, 29 de marzo de 2017

BREVE CIELO

3 comentarios:

  1. Breve cielo es una película en blanco y negro de Argentina dirigida por David José Kohon según su propio guion que se estrenó el 5 de junio de 1969 y que tuvo como protagonistas a Ana María Picchio, Alberto Fernández de Rosa, Beto Gianola y Gloria Raines. Tuvo como título alternativo el de Su primer encuentro.

    Por su actuación en este filme Ana María Picchio fue galardonada con el Premio Cóndor de Plata a la mejor actriz en 1970 por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina en tanto David José Kohon ganó el correspondiente al mejor guion. En el Festival Internacional de Cine de Moscú de 1969 Picchio compartió el Premio de Oro a la mejor actriz con Irina Petrescu por Rautaciosul adolescent (1968) y Kohon fue uno de los candidatos seleccionados para el Premio de Oro.

    Índice [ocultar]
    1 Sinopsis
    2 Reparto
    3 Comentarios
    4 Referencias
    5 Enlaces externos
    Sinopsis[editar]
    El encuentro circunstancial y posterior desencuentro de Paquito, un tímido joven de clase media que se ocupa del negocio de su tío que se ha ido de vacaciones y Delia, una chica de su misma edad que se ha escapado de su casa y que piensa ganarse la vida como prostituta.

    Reparto[editar]
    Ana María Picchio …Delia
    Alberto Fernández de Rosa ...Paquito
    Beto Gianola
    Gloria Raines
    Zelmar Gueñol
    David Llewellyn
    Mirta Moreno
    Cristina Banegas
    Felipe Méndez
    Remedios Climent
    Carlos Antón
    Tony Vilas
    es.wikipedia.org

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  2. ESPECTACULOS › UN REALIZADOR ESENCIAL DE LA GENERACION DEL ’60
    Adiós a David José Kohon





    Por Luciano Monteagudo
    “Antes de considerarlo como una profesión, el cine siempre fue para mí una vocación muy fuerte, desde la infancia”, recordaba David José Kohon en agosto de 2002, en un reportaje a Página/12, con motivo de una retrospectiva de su obra. A pesar de que los tiempos en los que le tocó hacer cine no fueron fáciles y la censura golpeaba fuerte, Kohon –fallecido el sábado pasado, a los 74 años– nunca se dejó doblegar y se convirtió en una figura clave de la llamada “Generación del ’60”, con títulos como Tres veces Ana (1961) y Breve cielo (1968), que supieron dar cuenta de las preocupaciones estéticas y sociales de su época.
    En un contexto de cambios políticos y efervescencia cultural, a la que no era ajena tampoco la gente de teatro –Osvaldo Dragún, Carlos Gorostiza y Ricardo Halac también daban a conocer por entonces sus primeras obras–, Kohon regresó de un festival italiano con tres premios bajo el brazo (entre ellos el de la crítica internacional) por su primer largometraje, Prisioneros de una noche (1961), protagonizado por un actor incipiente llamado Alfredo Alcón. No era, sin embargo, su debut detrás de las cámaras. De hecho, Kohon había empezado bastante antes, con un corto experimental de su época de cineclubista (La flecha y el compás, 1950) y un documental de corte social, cuyo título, Buenos Aires (1958), ya anticipaba el que sería el escenario privilegiado de su mejor cine: la ciudad y sus márgenes. Por aquel entonces no existían las escuelas de cine, pero la frecuentación de los nuevos cines europeos –particularmente Michelangelo Antonioni y la nouvelle vague francesa– y la resistencia a los modelos anquilosados de la industria local impulsaban a distinta gente, de muy diferentes orígenes (Lautaro Murúa, Simón Feldman, Manuel Antín, Rodolfo Kuhn), a probar suerte con sus propios films. “La generación del ’60 surgió de una manera espontánea”, recordaba Kohon. “A veces se habla de un movimiento organizado, pero no fue así. Fue un brote que hizo saltar la tapa de la olla por la presión interior.”
    La preocupación por el lenguaje del cine, por la expresividad de la cámara, por la atmósfera ciudadana, por el ambiente social marcan a muchos de este cine, y el de Kohon no es la excepción. Prisioneros de una noche es la historia de amor de dos desarraigados reunidos ocasionalmente en las calles lóbregas del Abasto. Su segundo largo, Tres veces Ana (1961), con una estupenda María Vaner, ya tiene otra ambición, está planteado como un tríptico sobre la mujer soñada por tres porteños arquetípicos. Los obstáculos que encuentra para su estreno la comedia Así o de otra manera (1966) anticipan las dificultades de supervivencia de ese “nuevo cine”, jaqueado tanto por las exigencias del mercado como por la férrea censura de la dictadura militar de Juan Carlos Onganía.
    Sin embargo, Breve cielo(1968) le permitió a Kohon reencontrarse, como en su primer film, con otros dos seres indefensos y con una ciudad omnipresente, melancólica en la expresiva fotografía de Adelqui Camusso. El submundo de Con alma y vida (1970), las angustias existenciales de ¿Qué es el otoño? (1976) –ambas con música original de Astor Piazzolla– y la controvertida El agujero en la pared (1981) completan la obra de Kohon, que brilló particularmente en la década del ‘60, pero que no justifican el largo olvido en el que cayó su obra.
    www.pagina12.com.ar

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  3. 18 September, 2015
    Por Julenne Esquinca
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    “Si el escritor escribe con una pluma o un bolígrafo, el director escribe con la cámara”

    Alexandre Astruc

    Esta fue la premisa de la nueva ola de cine francés, mejor conocida como Nouvelle Vague, una época del cine en Francia que se distingue por producir películas con un alto sentido realista y muy poca producción detrás de ellas. Se puede decir que esta corriente cinematográfica es hija directa del neorrealismo italiano y del cine americano vanguardista, pero con un toque muy francés.

    Entre los referentes que inspiraron esta nueva ola de la producción cinematográfica francesa, podemos citar al célebre André Bazin, del cual adoptaron la necesidad de retratar la realidad organizando la percepción de las obras de un modo sumamente verosímil. De manera similar, en 1948 el director y crítico de cine Alexandre Astruc proclamó un nuevo estilo fílmico, la cámera-stylo: se trata del cine de autor en donde el director tenía que encontrarse creativamente por encima de todo y la película tenía que nacer de él.

    peliculas-clave-de-la-nouvelle-vague-francesa

    Gracias a la explosión cultural de la cinémathèque française y los cineclubs surgió un grupo de cinéfilos ávidos que, bajo las ideas de su época, tomarían el nombre de la Nouvelle Vague. Éste emergió en contraposición del cine de calidad que se regodeaba en las viejas glorias francesas, y que incluso recibió una fuerte crítica por parte de François Truffaut dentro de la emblemática revista de este movimiento: Cahiers du Cinéma.

    Entre las innovaciones técnicas que esta corriente aportó se encuentra el uso de cámaras ligeras de 8mm. y 16 mm. que permiten nuevos enfoques y el uso de locaciones naturales para filmar. También cultivó un nuevo uso de la fotografía en blanco y negro que se sirve de una iluminación indirecta y rebotada para generar un ambiente realista al estilo de las iluminaciones difusas del expresionista Murnau, lo que permite rodar con ligereza y que la cámara siga a los actores de forma más natural. Su técnica es casi artesanal, con un equipo técnico reducido, sin estrellas importantes y con una interpretación improvisada por actores jóvenes.farenheitmagazine.com

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