lunes, 13 de marzo de 2017

AUGUSTE RODIN EN EL CENTENARIO DE SU MUERTE, PRESENTA A ANSELM KIEFER

Con motivo del centenario de la muerte de Auguste Rodin, el museo se afirma su programa con más fuerza que nunca en colaboración con artistas contemporáneos y está dando carta blanca para el artista Anselm Kiefer. Instalado en la sala de exposiciones, la exposición demostrará la inusual convergencia de estos dos gigantes, en forma de libertad y liberado de todas las contingencias artísticas.
 
Los antecedentes similares, fuentes de inspiración y procesos creativos entre Kiefer y Rodin revelan una originalidad instintiva. Atraídos por el accidental, abierta al azar, explotan todos los dominios, manipular todos los materiales, de salir de la rutina y dejarse una gran variedad de arreglos y transformaciones audaces. Dibujado por los escombros y recortes que resultan directamente del estilo de la escultura de Rodin, que compagina con reliquias de su propia vida y otros materiales inusuales, Anselm Kiefer produce una serie de pantallas totalmente sin precedentes. Los artistas se lo lleva todo en, absorbe y digiere para crear nuevas formas. Tras el cristal, Kiefer relojes de la chispa de sus metamorfosis con un buen ojo. Del mismo modo, el exhumados, cansado y ensuciado, con el precinto, roto y destripado moldes de obras de Rodin dan testimonio de una vida pasada y una vida por venir. El formulario está preso, en conserva, listo para florecer, casi palpable, impregnado, y perpetuamente obligado reinventado por la mirada del observador. Haciéndose eco de esta presentación, las exposiciones de los museos serán alterados para exhibir yesos totalmente desconocidos por Rodin, por primera vez, que reflejan las preocupaciones comunes de los dos artistas y el mismo combate estético. Aunque Kiefer y Rodin jugar con todos los medios y el uso de cada tipo de técnica para comprender y absorber los legados del pasado y saciar su amor de su comercio, que por encima de todo glorifican su culto compartida a través de una búsqueda común, la búsqueda de la verdad, sin adorno .
AUGUSTE RODIN, ABATTIS: TÊTES ET PIEDS
plâtre, musée Rodin 
ANSELM KIEFER, AUGUSTE RODIN: LES CATEDRALES DE FRANCIA
2016, 330 x 380 cm, huile, acrylique, emulsión, gomme-laque et plomb sur toile 
ANSELM KIEFER, AUGUSTE RODIN: LES CATEDRALES DE FRANCIA
2016, 330 x 380 cm, huile, acrylique, emulsión et gomme-laque sur toile  
ANSELM KIEFER, SURSUM CORDA
2016, 290 x 125 x 90 cm, verre, metal, ramas, feuilles séchées et plâtre 
DIMANCHE DES RAMEAUX
2016, 240 x 100 x 90 cm, verre, metal, Plomo, plante séchée et plâtre 
ANSELM KIEFER, BERTHE AU GRAND PIED
2016, 190 x 80 x 70 cm, verre, metal, plomb, gomme-laque et plâtre 
ANSELM KIEFER, DIE WALKÜREN (LES WALKIRIAS)
2016, 190 x 80 x 70 cm, verre, metal, tissu, plâtre, acrylique, Plomo, argile, zinc et fusain 
AUGUSTE RODIN, DEUX ET ÈVE LA FEMME ACCROUPIE
1900, plâtre, H 104 L 55 P 36,5 cm, S.00184 
AUGUSTE RODIN, ABATTIS: TÊTES ET PIEDS
plâtre, musée Rodin 
ANSELM KIEFER, AUGUSTE RODIN: LES CATEDRALES DE FRANCIA
2016, 330 x 380 cm, huile, acrylique, emulsión, gomme-laque et plomb sur toile 
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2 comentarios:

  1. Vivió su infancia en Rastatt, pasando a estudiar artes plásticas en Friburgo de Brisgovia, en Karlsruhe con el profesor Horst Antes y en Düsseldorf, donde fue alumno de Joseph Beuys. También estudió Derecho y lengua francesa. Sus primeras realizaciones, siguiendo la estela de Beuys, se centraron en el terreno de la instalación y el happening, pasando a la pintura en los años 70. En 1969 presentó su primera exposición individual con la serie de pinturas Ocupaciones, en Karlsruhe. Ha expuesto en la Documenta de Kassel (1977, 1982 y 1987), las Bienales de Venecia (1980) y París (1985) y en la Städtische Kunsthalle de Düsseldorf (1984), y tiene una importante colección en el Museo Guggenheim de Bilbao (1990).

    Kiefer es uno de los artistas alemanes posteriores a la Segunda Guerra Mundial más conocidos, pero también de los más controvertidos. Famoso sobre todo por sus pinturas matéricas, en su obra Kiefer afronta el pasado y toca temas tabú de la historia reciente alemana, sobre todo del nazismo. Para pintar el cuadro Margarethe, por ejemplo, se inspiró en uno de los poemas más famosos de Paul Celan, Todesfuge, escrito a partir de su experiencia en los campos de concentración.

    Inicialmente Kiefer basó su estilo en la obra de Georg Baselitz, trabajando gruesas capas de color con fuego o ácidos y combinándolas con vidrio, madera o elementos vegetales. En sus obras fusiona la pintura, la escultura y la fotografía, mediante técnicas como el collage o el assemblage, con una pincelada violenta y una gama cromática casi monocroma, mezclando materiales como alquitrán, plomo, alambre, paja, yeso, barro, ceniza o polvo, o flores y plantas. También utiliza materiales de desecho, incluso armamento militar, como en El orden de los ángeles (1983) y Tumba en los aires (1986).



    Durante los años 70 se interesó especialmente por la mitología alemana, y en la década siguiente por el misticismo judío, la Cábala. Es muy característica en su obra la presencia de letras, siglas, nombres de persona, figuras míticas o lugares con una fuerte carga histórica. Se trata de signos que ponen de manifiesto el peso de la historia y de los elementos míticos y literarios de nuestro pasado cultural. Su pintura es, en este sentido, profundamente literaria. Preocupado por los grandes temas cosmológicos, míticos e históricos, se perfila en su obra la influencia de su maestro Joseph Beuys, así como la de filósofos como Heidegger o Foucault, este último profeta, como Kiefer, de la "desaparición del hombre". Kiefer profundiza en la historia y la mitología como medio para evitar la situación de amnesia colectiva en que está sumido su país tras la derrota del nazismo, procurando reparar las heridas y, afrontando los errores pasados, crear una nueva sociedad alemana revitalizada. Así son frecuentes en su obra las referencias a Hitler, Speer o Richard Wagner, junto a simbología de la Cábala o los Nibelungos.

    A comienzos de los años 90, tras una serie de viajes por todo el mundo, Kiefer comienza a inspirarse en temas más universales, igualmente basados en la religión, la simbología, la mitología y la historia, pero centrándose más en el destino global del arte y de la cultura, así como en la espiritualidad y la mente humana.

    Desde 1993 Kiefer vive y trabaja en Barjac, un pequeño pueblo francés, cerca de Avignon, donde ha creado un laboratorio artístico que le permite conjugar ideas y materiales, transformándolos en nuevas experiencias artísticas.es.wikipedia.org

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  2. Anselm Kiefer estuvo en argentina en la fundación Proa. En este link encuentran un material muy interesante que los ayudará a acercarse a su arte.
    www.proa.com

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