Lo que los mosaicos romanos revelan sobre el arte antiguo Mosaico de Bailarines Báquicos, Hatay, Turquía. Tiempo estimado de lectura: 6 minutos • Última actualización: 02.20.19 Los mosaicos romanos se componen de imágenes geométricas y de figuras creadas por arreglos de pequeñas piezas de piedra y vidrio. Las formas más tempranas de mosaicos grecorromanos fueron concebidas en Grecia a fines del siglo V aC Aunque los griegos refinaron el arte de los mosaicos figurativos incrustando guijarros en el mortero, los romanos ampliaron esta técnica establecida, usando teselas, cubos de piedra, cerámica, o vidrio: para formar diseños intrincados y coloridos. Hoy en día, estas obras ofrecen una imagen vívida de la antigua vida romana; un vistazo a las actividades cotidianas de una antigua civilización que incluyó concursos de gladiadores, deportes y agricultura, al mismo tiempo que sirve como documentación de artículos cotidianos como comida, ropa, herramientas y arm
Cuixá en la época moderna[editar]
ResponderEliminarA partir del siglo XVI los monjes ya no viven monacalmente. Los nuevos monjes de la abadía prefieren ejercer diversos oficios que les rinden beneficios económicos (el enfermero, el celador, el sacristán mayor, etc.) y disponen, cada uno de ellos, de una habitación particular. La iglesia es transformada añadiéndole capillas laterales, en detrimento de las existentes en la nave, que se construyen con ladrillo catalán. La vivienda del sacristán mayor se edifica en la capilla de la Trinidad, que estaba en condiciones ruinosas (a punto de derrumbarse) en el siglo XV, según algunos indicios arqueológicos.
Después de la Revolución[editar]
La vida monástica, aunque en precario, continúa hasta la Revolución francesa. La abadía desaparece y sus edificios son vendidos, instalándose en ellos naves industriales y agrícolas. El campanario Norte se derrumba en el invierno de 1829. A lo largo de este siglo los edificios de alrededor de la iglesia van destruyéndose poco a poco; el claustro es vendido, capitel por capitel, lo mismo que la fuente, a los anticuarios y a los amantes del coleccionismo. En 1908 no quedan más que doce columnas.
En 1913, el escultor americano George Grey Barnard, que ya había comprado algunas esculturas de Cuixá a un anticuario parisino, se desplaza a este lugar y adquiere muchas de las obras que se hallaban diseminadas por el país. Las mismas dan origen a la reconstrucción del claustro en el Cloisters Museum de Nueva York. Sin embargo, Barnard no pudo comprar la serie que adornaba el edificio de los baños de Prades, por cuya conservación se movilizó el pueblo: «los habían comprado ellos y pertenecían a Francia». Estos capiteles fueron utilizados para la reconstrucción de la mitad del claustro en 1955.
En 1919, Fernando Trulles compró la abadía y realojó en ella a los Cistercienses de Fontfroide, que habían abandonado Francia en la época de las leyes sobre las congregaciones. Los cistercienses se instalaron y fueron reemplazados en 1965 por los benedictinos de Montserrat. En los años 1920 la abadía fue objeto de varias campañas de restauración llevadas a cabo por los servicios de los Monumentos Históricos. En 1936, las obras son dirigidas por el arqueólogo catalán Josep Puig i Cadafalch, obligado a huir de España durante la guerra civil. La cripta del Pessebre es descubierta. En 1952, bajo las construcciones de la vivienda del sacristán mayor se descubre y reconstruye la iglesia de la Trinidad. En 1954 Pau Casals, en esta iglesia que todavía no tiene techumbre, inaugura el festival de música clásica de Prades, que se cubrirá en 1957.
es.wikipedia.org
Lo llamo un tesoro escondido en el Museo The Cloister, me parece imposible que no hallé en Nueva York, algún guía que me informara sobre esta extensión del MET. A menos que no esté comprendiendo nada.
ResponderEliminarPienso, que en primer lugar es necesario una historia cultural: "nuestro propio pasado se está alejand ode nosotros a una velocidad aterradora"Ernst Gombrich.
Burckhardt y Huizinga, aludieron ambos el peligro de que un historiador cultural se convierta en un anticuario o a ser un metafísico.
Estoy relatando párrafos de una entrevista entre Ernst Gombrich con Peter Burke. Discuten el concepto de historia cultural
E.G. Hay temas de anticuarios que personalmente me interesan mucho-la historia de las herramientas, la historia de ciertas instituciones-, que nos dicen mucho sobre la forma de vida del pasado. Tengo el honor de ser miembro de la Sociedad de Anticuarios.
En nuestra sociedad, para bien o para mal, tiene un papel importamte la distinción entre derecha e izquierda, entre progresista y reaccionario, una distinción que una distinción que un florentino del siglo XIV no habría entendido.
Siempre digo a mis alumnos que la historia es como el queso suizo, está lleno de agujeros. Hay huecos enormes en nuestro conocimiento, y la cuestión de llenar esos huecos nunca va a tener una respuesta satisfactoria. Burckhardt o Huizinga eran artistas: las descripciones que hacían de una sociedad o de un período determinado no eran científicas, eran intuitivas. En las situaciones humanas debemos confiar en el instrumento que tenemos, que es nuestra sensibilidad personal.
P.B.Sí. Pero necesitamos un modelo para la interacción.(...)
E.G. ¿Lo necesitamos realmente? En la hidrodinámica hay un estado que se llama turbulencia, en el que ningún ingeniero quisiera predecir hacia dónde irán los distintos remolinos. Aprendí eso cuando trabajaba con los estudios de Leonardo sobre los movimientos del agua. No se puede planificar por anticipado exactamente como se moverían. Y probablemente puede decirse de los movimientos de la mente. Hay algo como la turbulencia. Pero no significa que no haya corrientes.
Referencia: Ernst H. Gombrich, Variaciones sobre la historia del arte
Ensayos y conversaciones, Buenos Aires Edhasa, 2015